Capítulo 13. Reencuentro

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Adrien.

Toco el timbre una sola vez, intentando no parecer desesperado ni asustar a Marinette, sin embargo, al pasar de los segundos, la emoción, la desesperación y la inmensa alegría me obligan a insistir.

Retengo el aire en mis pulmones cuando el picaporte se mueve.

Trago duro y me preparo mentalmente para lo que viene... Por fin.

Es ella.

– A-Adrien... – susurra asombrada, lágrimas asomándose en sus ojos.

– Marinette... Mi Marinette. – y, a pesar de que me grito mentalmente que no lo haga e intento con toda mi fuerza de voluntad no hacerlo, al final, lo hago.

La abrazo tan fuerte como mis brazos me lo permiten.

Su perfume... ¿Lo recuerdas?

– No sabes cuánto te he extrañado... – susurro.

Marinette.

Es él... En verdad es él.

Pero... ¿Qué hace aquí?

Su perfume es el mismo.

El mismo aroma de hace cuatro años, el mismo que llevaba siempre que llegaba a mi balcón y entraba en mi cuarto.

Es mi Chat... En verdad es mi Chat.

El mismo Chat Noir engreído y mentiroso que se fue una vez que obtuvo lo que quiso.

– Oh, princesa... ¿Sabes lo bien que me siento ahora mismo? – pregunta acariciando mi cabeza.

Quiero creerle, mi cuerpo y corazón quieren creerle, sin embargo... No puedo. El lado racional y orgulloso me impide hacerlo.

Su sola presencia me daña. Me recuerda el dolor que sentí cuando él se fue esa mañana temprano y... Y ya no volvió.

Entonces, con toda la fuerza de voluntad que consigo, lo empujo lejos de mi cuerpo, lejos de mí, lejos de mi vida.

– ¿Por qué? ¿Eh? ¿Por que por fin recuperaste el juguete que se te había perdido? ¿Es por eso?

– No... Marinette, escucha, ¿Si? Dejame expli..

– Mami... ¿Quién es él? – la dulce voz de Louis provoca que Adrien se detenga y baje la mirada hasta el pequeño niño de tres años con cabellos rubios y ojos celestes que se encuentra aferrándose con fuerza al dobladillo de mi blusa celeste.

– ¿Él... Él es... Louis? – pregunta asombrado a la vez que se coloca de cuclillas frente a mi hijo.

Nuestro hijo...

Su mirada demuestra conmoción, admiración y fascinación hacia Louis, quien lo mira con curiosidad.

– Hola... ¿Tú eres Louis? – le pregunta en un susurro.

Louis asiente con la cabeza y da un paso hacia adelante, hacia Adrien y en la escena más conmovedora que he visto antes, Adrien toma entre sus brazos a Louis y con una gran sonrisa en su rostro, lo abraza.

Lágrimas amenazan con salir de mis ojos nuevamente, pero me contengo, no quiero tener que llorar frente a él nunca más.

Alya lo dijo... No merece que llore por alguien como él.

– ¿Cómo me encontraste? – cuestiono de repente. Mi voz se escucha molesta.

Adrien deja de acariciar el cabello de Louis y me mira como si no supiera qué decir.

– Hum... ¿Podemos hablar adentro? Digo... Para estar más cómodos.

Adrien.

Marinette me mira fijamente por un momento, parece levemente molesta. Al parecer mi propuesta no le ha gustado para nada.

Pero sé que, a pesar del esfuerzo que está haciendo con la intención de ocultar sus sentimientos, sus ojos nunca me han mentido, todas las noches que pasé con ella siendo Chat me enseñaron a ver más allá de sus expresiones... Sus ojos eran las respuestas a todas las preguntas,   y justo ahora siguen siendo la respuesta... En ellos puedo leer perfectamente un: "Aún te amo, pero ya no quiero hacerlo"

Y en parte, me duele que no mientan.

– Ven pequeño, ¿Quieres jugar con los bloques? – le pregunta Marinette de repente a Louis.

– ¡Sí! – contesta con entusiasmo.

Marinette toma de la mano al niño y juntos se dirigen hacia el pasillo en el cual los pierdo de vista.

– ¡Siéntate y no toques nada! – la oigo gritar.

Me río antes sus palabras, son las mismas que me dijo la primera vez que la visité como Chat Noir.

Y claro que en ese entonces no le hice caso.

Y hoy tampoco lo haré.

Camino por la sala observando detalladamente la forma en la que se encuentra todo.

La casa de Marinette se ve bastante grande desde afuera, es pintoresca y llena de plantas.
Y por dentro, al menos su sala de estar, el estilo es simple, moderno y colorido.
Incluso hay flores de colores pintadas a mano en la pared.

En un rincón del gran cuarto, puedo ver una zona especialmente para Louis, en la que muchos juguetes se encuentran esparcidos en el suelo.

Camino hasta allí y de rodillas me pongo a organizarlos.
Ver los juguetes hace que por primera vez en mi vida, sienta un desconocido y agradable sentimiento.

Y sé que tiene mucho que ver con la paternidad.

– Veo que sigues siendo desobediente... – comenta la voz de Marinette a mis espaldas.

Mi corazón palpita rápido a causa del susto. Luego de terminar de acomodar los juguetes, me levanto del suelo y volteo para ver a Marinette.

Soy yo o... ¿Ella se ha arreglado por nosotros?

Ese pensamiento llena de dicha y regocijo mi alma, después de todo, si se ha arreglado es por que quiere causar una buena impresión, lo que también significa que aún le importo.

O bien, quiere decirte algo como "Mira esto que no es tuyo, ¿No es lindo?"

Y por allí dicen que la felicidad dura poco.

– Estás muy linda... – confieso.

Un rubor se hace evidente en su rostro, el cual intenta ocultar mirando hacia abajo y dejando que su cabello que se mantiene suelto le cubra la cara.

Ha cambiado... Pero sigue igual.

Su cabello a crecido bastante, ahora las puntas llegan poco más abajo de la altura de sus senos, lo cuales, debo resaltar, también han crecido evidentemente.
Sus caderas están más anchas, lo cual completa su nueva figura de mujer.

Ella, en definitiva, se ha vuelto más bella con el pasar del tiempo a pesar del hijo que tuvo.

Pero en su interior, tanto sus acciones, sentimientos y manías son las mismas... Sigue siendo la misma Marinette de antes.

La misma Marinette de la que me enamoré.

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Como soy buena, aquí les dejo un lindo y sensual regalito.

(para que no se mueran de la intriga)

Y gracias por toooodas las estrellitas y lindos comentarios.

En serio... Motivan mi alma☺❤❤❤

Así que... Disfrutenlo, chingus!

Saranghae!

Bye!

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora