Capítulo 17. Ventana

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Adrien

Sus labios se mueven ansiosos sobre los míos y yo me apresuro a llevarle el paso.

Mis manos rodean su pequeña cintura y la apegan más a mi cuerpo, desesperado por sentirla cerca. Ella rodea con sus brazos mi cuello y de puntitas logra que el beso pase a segundo nivel.
Nuestras lenguas se encuentran nuevamente después de tantos años, así que lo celebran danzando una junto a la otra.

Las manos de Marinette tiran suavemente de mi cabello  tomándome por sorpresa, y un fugaz recuerdo llega a mi mente de aquella noche en su cuarto.

Intensifico el agarre en su cintura y separo mis labios de los de ella para dirigirlos a lo largo de su cuello. Beso su mejilla, succiono el lóbulo de su oreja y con mis dientes tiro de él con suavidad, causando un pequeño gemido proveniente de los labios de Marinette.

Mi pequeña Marinette...

– A-Adrien... – dice con la respiración entrecortada.

Mi nombre saliendo de sus labios es como una deliciosa caricia en mis oídos, y con sólo eso logra hacer que cientos de sensaciones en mi cuerpo que habían estado dormidas hace ya bastante tiempo, despierten de inmediato.

Me aparto de ella por unos cuantos segundos para poder observar sus ojos azules y grandes, y en ellos puedo leer a la perfección un "Te Amo" que no le tiene miedo a nada, ni al pasado, ni al futuro... Y eso es suficiente para que, con el corazón latiendo a una velocidad impresionante,  vuelva a besar sus labios con fervor, intentando trasmitir a través de ellos todo lo que siento por ella, todo el amor que a vuelto a encenderse como una gran llama en mi interior, todo el deseo que siento de pasar el resto de mi vida a su lado.

– Te Amo... – confieso entre beso y beso.

Y aunque creo que ya nada puede salir mal, el que Marinette  detenga todo movimiento que había estado haciendo, sólo me dice que acabo de cometer un error.

Marinette abre los ojos con sorpresa y mirando hacia el lado contrario del que me encuentro, intenta que me aleje de ella empujándome lejos de su cuerpo con sus manos, pero ya he decidido que no voy a soltarla nunca más en lo que me quede de vida. Lucharé por éste amor, por nuestra felicidad, por todos esos planes que alguna vez hicimos juntos en su habitación.
Sí, quizá no planeábamos que fueran reales, pero era un lindo futuro siempre y cuando nos tuviéramos el uno al otro.

Y ésta vez... No me rendiré.

Jamás lo haré.

– A-Adrien... Suéltame... Por favor. – ruega, su voz tiembla, incluso puedo sentir un dejo de tristeza en su tono.

La abrazo con más fuerza, siempre con cuidado de no lastimarla y con mi barbilla apoyada en su hombro, susurro a su oído.

– Ya has abierto una ventana en tu corazón, así que sólo déjame entrar. No hagas nada, no la cierres, yo puedo entrar solo. Me tomará un poco de tiempo, pero puedo hacerlo, por favor... Déjame entrar de nuevo. – y no me doy cuenta de lo desesperado que sueno sino hasta que me encuentro a mi mismo rogando de manera desesperada, incapaz de soltarla.

– ¿Y si mejor te abro una puerta? – cuestiona de pronto, acariciándome con dulzura la espalda, haciendo que mi corazón dé un vuelco en su lugar. – Te dejaré intentarlo, pero... Pero por favor... No me hagas daño otra vez. No sé si pueda perdonarte si lo haces.

– Jamás. – susurro y me dejo llevar por el calor que emanan nuestros cuerpos.

Ella me está dando otra oportunidad y estoy seguro de que no la voy a desperdiciar.
Daré todo mi esfuerzo en estar a su lado de nuevo, en el bien y en el mal, para poder crear una familia, para que ella pueda volver a confiar en mí...

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora