Aviso de Guerra

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Narra Ike

Cuando Impa y Zelda se alejaron para reunirse con el consejo real, me quedé a solas en el corredor con la misteriosa carta, el sobre solo contenía el nombre de Soren y las dos simples palabras: "para Ike" además del sello de Crimea el cual parecía haberse roto.

Intrigado, me dirigí a mi habitación y cerré la puerta con cerrojo. Desde que llegué a Hyrule no había recibido una sola carta de nadie que no fuera mi hermana menor, Mist, así que el hecho de tener en mis manos, una carta de Soren me ponía nervioso, pues si él mandaba una carta, significaba que había pasado algo malo...

Abrí lentamente el sobre, no era un texto muy largo a pesar de la regular caligrafía de mi amigo. La carta decía lo siguiente.

Ike:
Me enteré de que partiste de Crimea hace tiempo, desde que te fuiste, tras haber derrotado a Daein y después de la muerte de tu padre Greil, han empezado a ocurrir cosas terribles en el continente, el príncipe Marth, como bien sabes fue exiliado de Altea y hay rumores de que está reuniendo aliados para recuperar el trono, no quiero entrar en detalles Ike, solo debo decirte que le debes honor a la reina Elincia quien solicitó tu presencia en el frente, nuestra compañía de mercenarios sigue rindiéndole cuentas a la corona y ahora ella se ha aliado con el reino de Marth, así que debes volver cuanto antes con nosotros, ahora trabajamos para él. La guerra comenzó.

Atentamente: tu amigo Soren.

Releí la carta como diez veces mientras daba vueltas a la habitación, las palabras de Soren eran sumamente frías, no daba detalles de absolutamente nada, solo decía que requerían mi presencia...

Tenía cerca de un año que no sabía nada de la reina Elincia desde que la ayude cuando la compañía de mercenarios la encontró y ella contrató nuestros servicios para a vencer al insurrector de su trono.  Ahora ella gobernaba Crimea e incluso después de su coronación hubo rumores de que se casaría con Geoffrey, su fiel capitán de la guardia con quien nunca tuve una relación cordial, pero no me consta, pues tiene algo de tiempo que aquello dejó de importarme, de hecho, la primera vez que creí estar enamorado fue de ella, pero ni sus sentimientos ni los míos fueron sinceros y opté por no aceptar su oferta de recibir un título para quedarme en el castillo siendo parte de la corte, eligiendo quedarme con mi hermana y mis compañeros mercenarios.

《La vida en un castillo no es para mí》 había dicho antes de agradecer y rehusar a la propuesta de la reina, lo cual era irónico tomando en cuenta que ahora me encontraba trabajando como guardaespaldas en uno.
Elincia había aceptado mi decisión y simplemente nos despedimos. Durante varios meses me quedé a cargo de la compañía de mercenarios, sin
sin embargo, después de la invasión, opté por buscar un nuevo empleo y con él, una oportunidad para mejorar la vida de todos mis seres queridos. Dándole a mi hermana, la vida que mis padres siempre quisieron darle y apoyando a mis amigos económicamente a solventar los gastos que, con el dinero que ganaban como mercenarios, les era imposible cubrir. Consideré volver a presentarme ante Elincia para reconsiderar su proposición, pero tomando en cuenta que Geoffrey pronto se convertiría en el rey regente, deseché la idea y decidí salir del país hacia las prósperas tierras del sur.

Fue así como conocí a Zelda y juré lealtad hacia ella, más lealtad que a cualquier otra persona en el mundo y por supuesto, la amo muchísimo más de lo que podría amar a alguien más.

Sabía perfectamente que Marth había sido exiliado de su pueblo natal junto a su hermana Elice y vivía en Talys, pero ahora el príncipe de 16 años reunía aliados para recuperar el trono de su padre el rey Cornelius, y al parecer requiere en su ejército a los mercenarios de Greil y eso, evidentemente me incluye a mí...

Me tumbé boca arriba en la cama pensativo ¿Debería de ayudar al príncipe Marth?

Soy un mercenario, cobro por esa clase de cosas, la gente contrataba a nuestra compañía para que pusiéramos nuestras armas a su servicio, como alguna vez Elincia o Marth lo hicieron pero todo ha cambiando... ahora trabajo de guardaespaldas y no pretendo volver a mi antigua vida, por eso me separé de la compañía y vine a Hyrule.

Ike y Zelda "Amor Prohibido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora