Ike y Zelda "Amor Prohibido"

El héroe de Hyrule

Aclaración: Esta parte de la historia estará basada en el videojuego; The legend of Zelda Twilight Princess, he cambiado algunas cosas respecto a la historia original. Si no has jugado este juego, este capítulo pude contener spoilers.

La era del crepúsculo

Narra Link

Era una mañana fría en Ordon, la tormenta se avecinaba rápido y el viento soplaba violentamente helándome la sangre, a mis 17 años nunca había visto un día tan oscuro como aquel, debido a eso, tenía el presentimiento de que algo malo sucedería en cualquier momento... Tenía curiosidad por saber que ocasionaba esa extraña oscuridad en el reino, pues no parecía tratarse de una simple tormenta y de ser así al menos unas cien personas debieron haber tocado la "Canción de las tormentas" al mismo tiempo.

Moy, uno de los hombres de mi aldea, había sugerido que lo acompañara a la ciudadela del castillo para entregarle a la familia real una espada y un escudo fabricados a mano.

En una de las últimas cartas del mensajero del reino, se nos había informado que en pocos días se llevaría a cabo un festival y en vista de que el rey había partido a la guerra del Norte hace algunas semanas, Moy supuso que sería una buena idea llevarle un regalo a la princesa Zelda antes de que se celebrara la fiesta.

Me dirigí hacia el manantial para terminar de alistar a mi yegua Epona, cuando algunos niños de la aldea y mi amiga Ilia, se acercaron a mí para despedirse y desearme suerte. Me encontraba algo nervioso, jamás había salido de mi aldea y me emocionaba conocer la ciudadela y el castillo.

Epona, estaba bastante inquieta, se movía de un lado a otro sin parar, algo parecía ponerla nerviosa, me acerqué a verla para tranquilizarla, pero de pronto, unos extraños ruidos se escucharon, provenían de detrás del manantial de Ordon.

Me acerqué con cautela y descubrí a unas extrañas criaturas, seres que nunca había visto antes, se veían agresivos y feroces, no recordaba nada semejante a eso.

Sin previo aviso, esas cosas nos atacaron con lo que parecía ser magia oscura, intenté defendernos, no iba a dejar que esas criaturas invadieran la aldea y a las personas que ahí habitaban.

Los intrusos empezaron a dispersarse de manera violenta y antes de que pudiera hacer algo contra ellos, recibí un fuerte golpe en la cabeza. Lo último que vi antes de perder la conciencia fue a las criaturas llevándose con ellas a Illia, a mi caballo y a los niños.

Cuando tuve fuerzas suficientes para incorporarme, corrí hacia el bosque de Farone para tratar de ayudar, sin embargo, tras cruzar el puente colgante, me encontré de frente con una misteriosa pared oscura. De repente, lo que parecía ser el brazo de un Ser de las Sombras emergió de la oscuridad y me tomó para llevarme al otro lado de la pared. Aquel sitio era oscuro y misterioso, cuando vi mi cuerpo, me tambaleé, estaba cubierto de pelo y mi voz se había apagado, me había convertido en un lobo.

De la impresión, volví a desmayarme, desperté con una cadena en mi mano, o mejor dicho en mi ¿Pata? Y al parecer me encontraba dentro de un calabozo. Estaba aterrado, por un momento creí que estaba soñando pues había dejado de ser yo y personas inocentes de mi aldea habían sido secuestradas. Deseaba que nada de esto hubiera pasado, deseaba estar en Ordon y continuar con mi vida normal, arreando cabras y jugando con los niños del pueblo. Pero desafortunadamente todo era real, me encontraba solo en la oscuridad o al menos eso pensaba...

Dentro de la mazmorra, se encontraba otra extraña criatura, era pequeña, de color azul, con un casco de roca sobre la cabeza que dejaba a la vista uno de sus ojos, color fuego.

-Soy Midna- dijo la criatura con una voz misteriosa. -Puedo ayudarte a salir de aquí, pero a cambio, tu tendrás que ayudarme a mí- sonrió dejando a la vista unos puntiagudos dientes. Agregó que pertenecía a la raza de los twili en el reino del crepúsculo donde aparentemente, alguien había tomado el trono por la fuerza.