Invasión

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Narra Zelda

Ike partió a la guerra llevándose consigo mi mundo entero.

Por lo que dijo, acompañará al príncipe Marth a recuperar su trono debido a su lealtad a la reina Elincia y combatirá junto a sus antiguos compañeros; "Los mercenarios de Greil".

Pero, yo me pregunto ¿Se habrá ido verdaderamente por ese motivo? o por el echo de haberme enterado que es un mercenario y decidir que era una mejor idea irse sin más.

¡No! realmente no lo sé, eso no me importaba en lo más mínimo...de todos modos yo lo amaba... ¿Por qué se fue?

Habíamos dicho que lucharíamos por nuestra relación a pesar de lo que mi padre pudiera pensar... estaba dispuesta a correr el riesgo.

¿Acaso ya no me ama?¿Acaso realmente nunca me amó?

Pero ¿Por qué nunca me dijo nada sobre quién era él en realidad? No lograba comprenderlo, no había forma de entender el motivo tan apresurado de su partida y eso solo hacía que me sintiera peor. Entendía la situación de la hermana menor de Ike y sabía que debía ir ayudarla pero, pudo al menos haberme dicho algo.

Me sentía muy culpable por no haber podido intervenir en el consejo para que ayudaran a los damnificados del norte, pero Ike reconoció mi esfuerzo y había dicho que ambos encontraríamos una manera de apoyar... pero nunca imaginé que la solución fuera que él se marchara. A menos que la misteriosa carta que recibió, mencionara otro motivo, alguna exigencia de la reina Elincia o incluso una amenaza. 

Ahora yo sabía la verdad, él era un mercenario y quizá ese secreto fue el que lo obligó a marcharse.
Jamás me importó que nuestras diferencias nos separaran, ¿Por qué me lo había ocultado? Yo le conté cientos de cosas de mí porque confiaba en él pero ahora me daba cuanta de que él nunca había tenido esa confianza y que yo me había enamorado de una mentira. Ya ni siquiera sabía qué de todo lo que Ike me había contado era verdad.

Mis lágrimas caían incesantes sobre mi regazo ¿En qué momento, el sueño más dulce se había convertido en la peor pesadilla?

En cuanto Ike salió del castillo, yo lo seguí hasta la ciudadela, escuché sus últimas palabras hacia mí. Pidió perdón y dijo que me amaba para luego dar la vuelta y perderse entre la multitud. La lluvia comenzaba a caer con más fuerza. Quería grita pero mi voz se había extinguido, no tenía fuerzas.

La gente comenzaba a agruparse en la plaza central, impacientes por saber la situación del reino, un hombre corpulento me empujo accidentalmente y me hizo caer a un charco de agua.

—¡Fíjate por dónde caminas!— replicó la voz de Impa. Ella había corrido detrás de mí y enseguida, se arrodilló al lado mio y me tomó por los hombros.

—Disculpe— contestó el hombre quien al ver que yo era la princesa intentó ayudarme a ponerme de pie pero Impa lo apartó y le dijo que se fuera.

— ¡Vamos Zelda! Tenemos que regresar— indicó.

No respondí. Me levanté y miré mi vestido cubierto de lodo. No podía dejar de llorar. Ike se había ido y nada que yo hiciera, lo traería de vuelta.

Cruzamos la entrada del castillo. En una de las torres vigía, lord Bastian acompañado de otro de sus hombres intentaba calmar a la multitud. Pude escuchar a las personas exclamar y gritar pero no volví la vista atrás.

Impa y yo atravesamos el vestíbulo y subimos hasta mi habitación pero en medio del camino, encontramos al rey y al maestre Ludwig, seguidos por Shad y algunos caballeros.

—Ah, Zelda, qué bueno que te encuentro, daremos el anuncio oficial al reino está noche, los jefes de las demás razas están a punto de partir a sus regiones, se comunicarán contigo a través de cartas semanalmente y durante mi ausencia, el maestre Ludwig y su sobrino Shad se encargarán de asesorarte en todo lo que...—
Mi padre dejó de hablar y me miró, examinó mi vestido sucio, mi cabello mojado y mi rostro enrojecido.

Ike y Zelda "Amor Prohibido"حيث تعيش القصص. اكتشف الآن