Reencuentro

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Narra Ike

La fiesta se estaba poniendo bastante interesante, pensé que pasaría más tiempo antes de volver a ver a la princesa Zelda, al mirarla de nuevo y a pesar del antifaz que le cubría el rostro, pude reconocerla, estaba seguro de que era ella, sus destellantes ojos azules lo confirmaban... pero la pregunta aquí era ¿Qué estaba haciendo en Altea?

Me la pasé pensando largo rato, sí sería una buena idea acercarme hablarle ¿Qué sería prudente decirle?

No me atrevía siquiera a mirarla, con que cara podría aparecerme frente a ella cuando ya pasó mucho tiempo desde nuestra repentina separación.

No era algo que pudiera hacer fácilmente, además ella, ahora estaba platicando con el rey Marth, no podía llegar así como si nada, solo porque sí, en todo caso tendría que dar explicaciones sobre el porqué ya no regresé con ella a Hyrule...

Todo en mi interior era un caos, un remolino de sentimientos se había apoderado de mí y era ovio que no me soltaría.

—Atención todos, el rey Marth quiere dar un aviso— dijo de repente, un sirviente con un tono de voz muy intenso, todos los invitados se volvieron a ver al rey incluyéndonos a Soren y a mí.

Marth se puso de pie frente al trono y comenzó a dar una especie de discurso de nuevo. Al parecer el tipo no sabe hacer otra cosa...

—Bueno, como bien saben, todo rey necesita una reina, el linaje real es algo muy importante en las clases altas— Marth hablaba como un completo idiota, bueno para ser honesto, nunca me ha parecido un tipo muy brillante que digamos, pero al verlo parado ahí, frente a todo el pueblo y con esa ridícula corona en su cabeza, no lograba entender como alguien podría tomarlo enserio y mucho menos aplaudirle con tal efusión.

El rey siguió hablando y yo por mi parte, decidí no prestar la mas mínima atención, así que incliné mi tarro de cerveza y bebí un pequeño sorbo, justo en ese instante Marth dijo algo tan pero tan estúpido, que me hizo escupir el trago de cerveza en la cara de mi amigo Soren, las palabras del rey fueron las siguientes:

—Por eso le pido al rey de Hyrule, la mano de su bella hija, la princesa Zelda— Marth había dicho aquello sin rodeos, con demasiado cinismo, ¿Cómo es posible que se hubiera atrevido a decir una tontería como esa?

El rey de Hyrule se puso de pie y se acercó a Marth, yo esperaba que el padre de Zelda, pusiera en su lugar a ese presumido que se hace llamar nuestro rey, pero en lugar de eso dijo de manera amable:

—Para mí, sería un gran honor que mi hija sea su reina, para unir nuestros reinos en una alianza que nos beneficie a todosv

Me puse de pie, no iba a permitir que Zelda se casara con ese hijo de la....

Todo por una maldita alianza, ¿Dónde quedan sus sentimientos? ella no debería ser parte de ningún trato...

La princesa Zelda se alejó de Marth sin responder, lentamente vi como se iba del salón, lucía un tanto asustada y confundida así que intenté mirar hacia donde se dirigía, pero Soren me distrajo.

—Ike ¿Qué demonios te sucede?— Preguntó el pelinegro después de limpiarse la cara de la cerveza que le había escupido accidentalmente.

—¿Recuerdas la chica de la que te hablé?— pregunté asimilando que en alguna ocasión, le platiqué a Soren lo que pasó en Hyrule con la princesa Zelda.

—¿Cuál de todas?—pregunto este con indiferencia segundos antes de volver a colocarse su máscara, ja ¿Acaso insinua que he andado con varías mujeres?

—Zelda, la princesa de la que me enamore...—dije tratando de explicarle de la manera más discreta posible para que nadie a nuestro al rededor sospechara nada

—¿La princesa de Hyrule? ¿A la que abandonaste?— preguntó Soren y seguidamente abrió los ojos como platos.

—Cállate...—

—Bueno, sí, si me acuerdo— reconoció.

—Pues ella está aquí y al parecer será la nueva reina de Altea— dije haciendo una mueca de desagrado.

—Nunca pensé que fuera ella— reflexionó. —¿Qué fue lo que pasó durante todo este tiempo?— me preguntó mi amigo.

—No lo sé, pero esto no me pinta para nada bien, tengo que impedir que Marth se case con ella— dije decidido.

—Espera Ike, no seas tonto, tu no vas a impedir nada, ¿Acaso no recuerdas que tu fuiste el que la dejó en Hyrule? No tienes ningún derecho de interferir con su decisión.

—Pero, yo...—

—Mejor olvídate de ella, recuerda que eres un mercenario y ella una princesa, tus días de guardaespaldas se acabaron— Soren dio un largo sorbo a su tarro de cerveza y desvió su mirada indiferente.

Me alejé de él enseguida, deseaba salir de ahí lo antes posible, en muchas ocasiones deseé volver con mi princesa Zelda a Hyrule, pero tenía miedo de su rechazo

Después de haberme largado de esa forma, no esperaba que ella me perdonara, talvez sea mejor que se case con Marth, pues al parecer ya se olvidó de mi, no me reconoció en el baile y dudo mucho que quiera hablar conmigo ahora.

—Disculpa...— dijo tímidamente una voz detrás de mí, lo que me obligó a salir de mis pensamientos.

—¿Si?— respondí secamente.

—¿En donde conseguiste esa cerveza?— preguntó desganada aquella voz.

—Por allá, en una barra de bebidas— respondí restándole importancia y mirando con indiferencia al dueño de aquella voz, el cual era un muchacho rubio todo vestido de verde y con unas extrañas orejas puntiagudas que me recordaron un poco a Zelda

—Oye ¿Quién eres? nunca te había visto por aquí— dije extrañado, pude notar que aquel tipo estaba bastante triste, pero intentaba inútilmente que no se le notara.

—Vengo de Hyrule, no soy de por aquí— respondió él.

—Y ¿A qué vienes a Altea?—  pregunté cada vez más interesado.

—A lo que viene todo el mundo, a la coronación de el rey Marth— contestó el rubio.

—Pues yo no vengo a eso— respondí poniendo los ojos en blanco.

—¿Entonces?— 

—Vengo por la comida y también a beber como si no hubiera un mañana— respondí pensando en que talvez debí de quedarme en casa con mi hermana Mist ahora que la paz había llegado a nuestras tierras.

—Bueno, me voy por un trago— dijo el rubio un poco confundido por mi comentario.

—¿Cómo te llamas?— pregunté.

—Link— respondió el muchacho y se perdió entre la multitud.

Ike y Zelda "Amor Prohibido"Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum