Escápate conmigo

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Narra Link

Ike no volvió a aparecer durante el resto de la mañana lo que me hizo suponer que me había dejado solo en esa fase del "el plan" .
El mercenario dijo que quería asegurarse de arreglar los últimos detalles para que el escape resultara perfecto, sin embargo yo no dejaba de pensar en que la idea de Soren no funcionaría.

Ya le había dicho a la princesa mis sentimientos e incluso ella dijo que quería hablar conmigo después de su cabalgata con el rey.

Al parecer todo iba relativamente bien, sin embargo había algo que no encajaba y ese algo era yo.

Me había puesto a pensar muy seriamente en mi charla con Ike cuestionándome lo extraño que era que ambos fuéramos aliados y al mismo tiempo enemigos, al pretender conquistar a Zelda.

Asi mismo, me dí cuenta de la enorme ventaja que él tenía sobre mí, pues estaba claro que aquel sucio mercenario había amado a Zelda con su vida, incluso talvez más de lo que yo era capaz.

Zelda me gustaba, me gustaba mucho, de echo ya se lo había dicho, pero en ese momento ya no me atrevía a admitirlo y mucho menos frente a Ike, el cual estaba decidido en en ganar a toda costa y analizando mis circunstancias lo más probable era que yo perdiera o peor aún que ese mercenario me matara.

Sin embargo aún había un poco de esperanza para mí pues según Ike, Zelda le había dicho que estaba enamorada de ¿mí? lo cual podría ser cierto o talvez solo una posibilidad.

Me vi obligado a esperar mucho tiempo aguantándo los pensamientos desesperados acerca de Ike y recibiendo las miradas curiosas de Impa, la cual parecía querer acercarse conmigo, pues a mi parecer la peliblanca sospechaba algo, sin embargo la mujer desaparecía y reaparecía cargando cajas repletas de cosas que yo no alcanzaba a distinguir del todo.

Ike volvió al castillo al atardecer y todo indicaba que tenía buenas noticias, dijo que había conseguido un barco para escapar y que Soren estaba preparando una especie de "camuflage" para nosotros.

Para mi mala suerte yo no había avanzado en lo más mínimo y lo único que tenía que hacer era hablar con Zelda lo antes posible para plantearle lo del escape, pero la princesa simplemente no regresaba.

Ike estaba bastante nervioso, se movía de un lado a otro pensativo, incluso evitaba cruzar miradas con los guardias del castillo y con la gente que pasaba.

Sin embargo el mercenario no pudo evitar levantar su mirada cuando cierta peliblanca apareció en el jardín.

Impa cargaba una enorme caja llena de adornos de boda con motivos florales, cuando vio a Ike, ésta frunció el ceño y no se dignó a mirarlo.

—Link, que bueno que te encuentro, necesito ayuda para poner todo esto en el gran salón— dijo Impa dirigiéndose a mí con actitud amistosa e ignorando al peliazul por completo.

—Este... es que yo...— titubeé, si me iba con Impa, el plan de hablar con Zelda fracasaría rotundamente.

—Yo puedo ir— intervino Ike, el mercenario se había acercado a la sheikan la cual lo miraba de manera tosca y despectiva.

—No es necesario mercenario— escupió ella groseramente.

—Me alegra que al menos recuerdes quien soy—respondió Ike rodando los ojos.

—No lo olvidaría Ike, tu fuiste el guardaespaldas de la princesa, solo te aprovechaste de ella para meterla en tu cama— Impa evitaba hacer contacto visual con el mercenario, al cual se le subieron los colores.

Yo me sentía ausente en esa conversación, si Ike me llevaba ventaja esta mañana, ahora después de la afirmación de Impa, me llevaba el doble.

—No me aproveche de Zelda, yo la amaba con todo el corazón, la que se metió en mi cama fue ella— 

Ike y Zelda "Amor Prohibido"Where stories live. Discover now