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Un silencio se escuchaba en toda la ciudad, una casa coloquial guardaba dos corazones destrozados y una chica abrazada a su almohada. Probablemente Spencer ignoraba los sollozos de su novia, y eso lo hacía feliz. ¿La ignorancia hace la felicidad de las personas? Eran cosas que me preguntaban, y frases perfectas para Reid. 

Ahora mismo muchas cosas sentía Liberty, pero la única que le quedaba como anillo al dedo era la palabra: Soledad. La sensación de no tener a nadie crecía en ella, no sabía a quién llamar y mucho menos sabía que hacer, se sentía defraudada.

Andromeda me hablaba, perdí los relojes y termine viendo con lástima a Spencer, quizás también con odio, pero más con lástima. ¿Por qué me culpaba de algo que hizo el Destino? 

La mañana se vió algo turbia, cuando el sol apareció por la ventana y la luna se había ido, el rostro de Lib era diferente que de costumbre. Su mirada apaga, sus mejillas rosadas y sus ojos rojos demostraron el dolor y la frustración al llorar toda la noche, Spencer evitó su mirar al desayunar y trato de quitar sus pensamientos en un mensaje para Maeve.

La chica quería hablar, preguntarle muchas cosas y que respondiera con estadísticas como siempre lo hacía, pero esta vez sería como un velorio, completamente silencioso. Mientras Reid escribía mensajes, Liberty fue a ver televisión con una taza de café.

Las cobijas empapadas de lágrimas quitaban el frío de la joven, había tomado su café y dejado lamentos en la ducha después de bañarse: Liberty estaba decidida a hablar con Spencer, no importaba si lloraba, solo quería volver a escuchar su voz aunque fuera para decirle que ya no la amaba.

Bajaba los escalones sin ninguna prisa, vió a su chico sentado leyendo un par de libros y exhaló fuertemente. 

─¿Spencer? ─fue lo primero que dijo. Spencer dió la vuelta al verla vestida y con sus ojos hinchados de llorar─. Quería hablar contigo, ¿puedo? ─su mirada bajó, y se acercó al sillón.

─Claro, ¿qué sucede? ─pregunto un poco nervioso, Liberty quiso enojarse porque sucedían muchas cosas pero al final solo contuvo sus lágrimas. Se sentó frente a él.

─¿Desde hace cuanto la conoces? ─cerró sus ojos suavemente, no quería observar nada más, solo escucharía a Spencer hablar y a su corazón detenerse.

─Cinco meses ─su corazón se detuvo, y abrió los ojos sonriendo amargo─. La conozco hace cinco meses ─aclaró.

Cinco meses de mentiras. ¿Qué duele más que eso?

La mujer tragó fuerte─. ¿Por qué no me terminaste entonces? ─dijo con dureza, sostuvo aún más con lágrimas y dejó su tristeza aun lado para que su expresión fuera de furia─. Spencer, ¿por qué carajos no me dejaste?

─Lo siento Liberty ─salió en un murmullo.

─¿Lo siento? Oh dios, estás perdonado ─el aire sabía a sarcasmo─. Responde, ¿por qué no me dejaste antes?

Él volvió la mirada y el teléfono comenzó a sonar, el duro jazz rebotó en los tímpanos de ambos y Liberty sabía de quién era la llamada. Se despegó del sillón, mirando con desesperación a su novio la amargura y el dolor subieron:

─Soy yo la que debería de disculparme... Sé que ella te dió mejores cosas ─volteó con una mueca de tristeza─. Contesta, más tarde hablaremos.

Dejando a Spencer con un mal sabor de boca, salió de ahí. Cerró la puerta principal y olió aire puro, aire sin mentiras. 

¿Yo también debería disculparme con ellos? 

última vez ⇝ spencer reidWhere stories live. Discover now