⇝quince

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─Yo debo irme ─dijo rápidamente Liberty─. Mañana me voy de viaje y no he hecho las maletas.

Los tres se miraron de reojo, a Maeve parecía graciosa la situación y a pesar de no saber que haría después de todo esto no le importaba, Liberty dejo la taza en la mesa y se levantó del sillón, se sentía nerviosa nuevamente y el ambiente tampoco ayudaba mucho cuando todo quedó en silencio.

─Es una lástima que te vayas, espero que nos veamos pronto ─Maeve tomó el brazo de su "amiga" y se despidió estando sentada.

Liberty caminó un poco torpe entre el sillón, dirigiéndose a la puerta principal y tratando de salir lo más rápido que podía, Spencer no dijo ni una sola palabra, solo se quedó quieto y le dio paso a su ex novia mientras la veía irse, la mujer cerro la puerta tras de sí y cuando sintió que estaba seguro a mitad del pasillo, cerró sus ojos y suspiró tratando de bajar su nerviosismo.

─¿Qué carajos acaba de pasar? ─dijo mientras caminaba al ascensor. 

Cuando volvió a estar en su auto, tomó su celular y llamo directamente a Penelope, necesitaba decirle a alguien lo que acababa de pasar. No tenía palabras para describir lo que paso, ni me parecía algo que debió de pasar, pero ¿acaso la gente puede controlar el destino?

─¡Hola, aquí García!

─¡García, ah! No sabes... No sé que he hecho.

Mientras tanto, Reid tenía muchísimas preguntas para su novia y su novia tenias otras dos mil preguntas para él. No sabía si Maeve estaba haciendo algo mal por seguir pensando en el pasado de Spencer, de intentar de buscar y averiguar cualquier cosa que fuera sobre Liberty hasta tenerla frente suyo por coincidencia, ¿cómo debía de sentirme yo? 

¿Qué dirían las manecillas de mi reloj? ¿Qué el tiempo cura todo? ¿Qué solo debía hacerme de la vista gorda? Se sentía un asunto que Afrodita debía resolver, porque el tiempo se había agotado para Reid.

─¿Vas a decirme la verdad? ─decía el doctor.

─Vino a dejar una caja con tus cosas, e intenté saber algunas cosas, solamente...

─No creo que fuese una buena manera de hacer las cosas. ¿Por qué no me preguntaste directamente? 

Parecía una pequeña pelea de parejas, y aunque llevaban meses sin tener ni un inconveniente, algo en el aire decía que no iba a acabar bien.

─¿E ibas a decirme la verdad? Tengo meses de que presiento de que algo no ha estado bien desde el inicio, y no sé si es porque he estado paranoica o porque tú me has estado ocultando algo ─la castaña cruzó sus brazos y frunció un poco su ceño.

─No ha pasado nada... ─no parecía decir la verdad y su novia lo notó.

Ella no era analista o alguna cosa así como lo era su novio, pero lo conocía, o al menos eso pensaba. No era una persona tonta y aunque muchas veces intentó crecer que solo estaba celosa, el sentimiento que le incomodaba siempre volvía.

─¿En serio, Spencer? 

─No ─admitió─. Creo que no esta bien mentir, y no estaría bien hacerlo ahora y menos si se trata de ti.

─¿Ajá? 

─Cuando empecé a conocerte estaba todavía con Liberty, venía aquí antes de ir a nuestra casa, yo no quería que pasará algo así y cargaba con la culpa mientras engañaba a mi ex novia, pero ¿cómo iba a saber que aparecerías después de haberle pedido matrimonio a ella? ─mientras decía todo esto, él bajó la cabeza e intentó mostrar su lado más sincero.

─¿¡Qué hiciste qué!? ─reaccionó un poco explosiva Maeve─. ¿Cómo piensas que me voy a sentir ahora después de ser la amante por meses sin saberlo y de que hayas estado mintiéndole a la que sería tu futura esposa?

 Ella se levantó y camino hacia su dormitorio que compartía con su novio, sabía que sus sospechas eran ciertas y eso era lo que más le dolía, dentro de sí le hubiera gustado que todo hubiera sido paranoia de ella y no todo lo que se había dado cuenta ahora. Spencer la seguía tratando de arreglar lo que había pasado.

─Spencer ─dijo Maeve seria y con una voz un poco más ronca─: No solo engañaste a Liberty, sino que a mi también.

Cerró la puerta frente a él, y se sentó en su cama.

«La inteligencia que tienes parece que no la utilizaste, doctor» Pensé, ¡necesitaba unas palomitas!

última vez ⇝ spencer reidWhere stories live. Discover now