⇝doce

4.3K 341 13
                                    


Eran las 9:30 de la mañana, Liberty había acabado de secar su cabello y se dirigía a hacer su desayuno. Había estado trabajando casi toda la noche para poder tener el fin de semana libre, así acabaría todo lo que tenía que hacer hoy y pasaría por fin un domingo familiar después de mucho tiempo.

Alistó sus cosas cuando terminó de maquillarse y salió de su nuevo apartamento, se sentó en su carro y siguió su camino. Debía de terminar de hacer el montón de cosas que tenía planeado hacer antes de las 5 de la tarde.

Hizo una lista de la más importante a la menos importante, y antes de las 3:30 solo tenía dos cosas por terminar de hacer: Limpiar lo último que quedaba en su vieja casa y hacer su maleta para mañana.

No quería ir a esa casa, volver a revivir todo lo que alguna vez paso con su ahora ex novio, dolía un poco. No eran cosas que recordaba diario, pero recordarlo por un momento le hacía sentir una extraña presión en el pecho.

«¡No pienses en eso, no pienses en eso!» Se repetía mientras iba cerca de su antiguo barrio.

Cuando estuvo dentro de la casa, todo se sentía tan vacío, no habían muebles ni los cuadros que a Reid le gustaban, no había nada más que silencio y un poco de polvo, algunas cajas que debía llevarse y cerrar todas las ventanas. ¿Cómo después de pasar tanto, había quedado tan poco? Era como un fuego en donde no habían quedado cenizas.

Liberty camino en el pasillo y entro a su pasada habitación, en las paredes habían quedado las marcas de que algo había estado allí antes, la pintura se veía un poco más apagada de lo que era y las ventanas estaban totalmente cerradas, ¿ahí de verdad habían ocurrido noches de amor verdadero? 

Había prometido no recordar nada, pero algo apareció en su mente.

«Era de noche, quizás las 11:35 pm, quién sabe. Spencer y Liberty habían llegado, algo nuevo estaba en el dedo anular de la joven, ambos se veían tan felices y tan llenos de amor, un amor tonto pero todos dirían que durarían para siempre. 

Después de la propuesta matrimonial y de Liv aceptar con total gusto, pusieron alguna vieja canción de Elvis Presley y cantaron mientras sus pies y labios bailaban, era un baile suave acompañado de besos y abrazos.

Una escena de verdadero amor.»

Que pronto aquello se había convertido en un triste recuerdo y que aunque no iba a llorar (porque no se lo permitiría); sentía un hueco dentro de sí. ¡Oh! Como anhelaba volver a sentir sus suaves manos, o como quería desmesuradamente ser besada por el hombre que alguna vez amo, decirle otra vez cuanto lo amaba o reírse junto a él mientras sus narices chocaban, ¿no sería la mejor sensación ahora mismo? 

Salió de aquella habitación enseguida, tomó las cajas y subió a su auto después de cerrar la puerta detrás suyo. Cuando estuvo sentada, respiró hondo y se dejo caer en el volante.

─¿En qué estás pensando, Liberty? ─se hablo así misma─. Deja de pensar en eso, deja de pensar en él, ¡valorate! ─subió su cabeza y se miro en el retrovisor, se acomodo el pelo y arrancó.



última vez ⇝ spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora