⇝catorce

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Cuando Liberty entró a la nueva casa de su ex novio pudo sentir como todas las vibras eran idénticas a él, Maeve parecía hecha para Spencer, ambos eran completamente parecidos en cualquier aspecto, ¿acaso podía existir una versión del sexo opuesto para una persona en la vida real? No lo sabía, pero sentía que podía afirmarlo cada vez que Liberty comparaba a la castaña con su ex novio.

Maeve cerró la puerta tras suyo y se acerco despacio donde estaba ella.

─¿Dónde dejo la caja? 

─Por acá ─señalo una mesa pequeña frente al sillón de la sala.

Suspiró cuando dejo la caja ahí, se dio la vuelta y pensó que ya había pasado la prueba más difícil, hasta que Maeve salió con una taza blanca, vacía y se la dio en las manos. Liberty quedo un poco perpleja.

─¿Qué? ¿No tomas café? ─bromeo la otra castaña y rió suavemente.

«Dios, ¿en qué me he metido?» Pensó Liberty.

─Ah sí, jaja. ¡Con leche, por favor! ─le dijo tratando de actuar normal.

Cuando se dio cuenta, faltaba una botella de vodka y un croissant para cada una. Maeve hablaba de cada cosa que se le podía ocurrir, Liberty trataba de responder sin muchos rodeos y ya iba por la segunda taza de café, ¿cuándo iba a salir de ahí?

─Es bueno conocer las amigas de mi novio ─rio suave y tapo su sonrisa con su mano.

Maeve tenía gestos suaves, no parecía que estuviera tratando de investigarla, más bien Liberty pensaba que le había creído la mentira que había dicho y que la otra mujer solo era amable con ella. ¡Que linda e inocente es! 

A la gente se le acaba el tiempo, así que cuando el reloj marcaba las 4:35 de la tarde, una de las chicas dejo de sonreír y dijo:

─Liberty, debo admitir que me caes muy bien, aunque has pasado un poco nerviosa todo el rato, ¿no es así? 

─Ehm, sí. Pero es porque soy un poco introvertida ─apretó un poco la taza que sostenía.

Aunque no mentía, por alguna razón se sintió como si lo hiciera.

─Tienes que decirme la verdad, ¿por qué tú y Spencer terminaron? ─dijo de golpe.

Las cosas se detuvieron en la vista de Lib, si hubiera tenido café en la boca, seguramente lo hubiera escupido. ¿Cómo sabía cosas así? ¿Qué debía decir...? Estuvo sin responder un buen rato, o al menos así lo sintió ella, sus ojos seguían un poco más abiertos de lo normal y sintió que su labial se había corrido de lo directa que había sido Maeve.

─Yo... ehm ─se quedó sin palabras, no tenía ni idea de que decir.

─En uno de la cajas que Spencer había traído cuando nos mudamos, había una foto de ustedes dos. Si te soy honesta, estuve buscándote durante semanas porque sentía que algo no estaba bien, una corazonada diría mi madre ─bromeo─, así que cuando apareciste en la puerta esta tarde, sentía que era el momento de resolver esto pero te presentaste como una amiga.

─No sabía muy bien que decir, era la últimas cosas que tenía de Reid, pensé en llamar a García y dárselas a ella, pero no contestó ─dijo un poco avergonzaba.

Sentía vergüenza, pena, un no sé qué, un sentimiento tan extraño que no se podía describir con solo dos palabras, sentía que no debía estar ahí pero no podía escapar por la ventana.

Mientras Maeve hablaba, explicándole a su nueva amiga la situación y como pedía datos de su pasada relación con su actual novio, su actual novio estaba por entrar a su casa, como normalmente hacía después de volver del trabajo. Reid volvía de resolver otro de sus casos y solo quería descansar en compañía de su novia, metió la llave en el cerrojo y dio vuelta a su mano, ¿cómo se iba a sentir después de ver a su novia con su ex? Abrió los ojos, anonadado por la situación salió un 'qué' de su boca sin siquiera pensarlo.

─¡Hola cariño! ─dijo Maeve desde donde estaba sentada─. He hecho una nueva amiga.

La castaña sonrió tan grande como pudo, mientras que Liberty no sabía ni que decir o que hacer, tenía meses sin ver a su ex novio y ahora que lo veía otra vez, estaba en esta situación. 


última vez ⇝ spencer reidWhere stories live. Discover now