Cap 32

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32.

Creí que estaba avanzando, todo parecía ir bien, salvo por el tema de las pesadillas que no terminaban. Todo iba mejorando, ahora en las pesadillas Liam no me entregaba, se limitaba a mirar... Lo que era realmente agradable teniendo en cuenta que en las anteriores era el centro de mi ola de pánico creciente.

Liam había intentado visitarme en un montón de ocasiones pero Katy me servía de coartada dándole la cara. Estaba segura de que en realidad le decía la verdad y no usaba ninguna coartada, pero de todas formas se lo agradecía. Lo que sea que le dijera, funcionaba para darme un poco de espacio.

La fiesta de Quentin había sido mas bien una pequeña reunión con Karaoke improvisado. Yo no estaba preparada para volver al escenario tan fácilmente, pero podía soportar los aullidos de mis amigos un par de horas.

Me había dedicado a comer un montón de malvaviscos de las cajas de regalo que Liam había enviado cuando no podía verme. Sabía que amaba los dulces casi tanto como a la pizza. Lamentablemente los últimos días no había estado de humor para comerlos. Entonces Katy detuvo a Liam y nos quedamos solo con diez cajas. Afortunadamente después de la última noticia de Quen, mi gusto por los dulces había regresado... Quizá demasiado.

Me estaba zampando toda la caja de malvaviscos y, no quería admitirlo, pero ya había terminado con dos de ellas.

La ultima estaba en mis manos. En la sala Quentin canturreaba, en la cocina Katy había decidido pelear por la ultima caja junto con Irina y yo terminé cediendo sin mucho ánimo a ser el centro de atención.

Todo parecía una tarde normal, hasta que alguien llamó a la puerta y movió el mundo bajo mis pies otra vez.

Katy corrió a abrir la puerta de inmediato y casi al instante, toda la música se silenció. Incluso Dorian pausó el karaoke.

Al principio no entendí su reacción. Tuve que enfocar mejor la vista para distinguir la causa de su asombro.

Y palidecí cuando lo hice.

Era él. Era Liam.

—Lo siento —dijo visiblemente incómodo—. No quería interrumpir.

—Tranquilo, no interrumpes —aseguró Katy—. Pasa.

Liam me había clavado la mirada y, contrato a lo que yo misma esperaba de mí, no la retiré. Me quedé mirándole de frente con un montón de incredulidad y desesperación.

Una parte de mi quería apuñalarlo, golpearlo y enterrarlo en el jardín, pero otra parte de mí, mucho mas fuerte y dominante, quería volverle a tener de cerca, necesitaba respirar su aroma, necesitaba tenerle otra vez.

Liam negó con la cabeza. —Solo quería saber cómo estás.

Suspiré y asentí. —Estoy mucho mejor. Gracias.

Liam asintió. —No quiero molestar. Por favor continúen. —Miró a Katy—. Gracias.

Katy le sonrió y apenas dio la media vuelta me abrió los ojos y señaló su espalda con la cabeza a modo de amenaza.

Negué con la cabeza petrificada por el pánico y bajé la mirada. No podía... No estaba preparada...

—Liam —detuvo Katy—. Luce aún tiene algo que decirte.

Debía estar molesta, debía odiarla pero una parte de mi le agradecía demasiado. Sabía que últimamente me dividía en partes más de lo que debería, pero tampoco podía evitarlo, era como si una nueva versión de mi se hubiera adueñado del cuerpo que cargaba la antigua Luce y ahora debatieran la jefatura en pequeños episodios que incrementaban con la figura de Liam.

Lucky Love (LR #3)Where stories live. Discover now