Cap. 41

21K 2.2K 748
                                    

41
EMOCIONES

Tomé una respiración profunda y me aferré con fuerza a la tarjeta que custodiaba entre la manos.

—No tienes que hacer esto conmigo —susurré.

Liam carraspeó detrás de mí. No podía verlo, pero casi podía asegurar que negaba con la cabeza como siempre que buscaba deshacerse de una idea bizarra.

—De ninguna manera dejaré que pongas un pie sola en ese lugar.

Asentí.

Ciertamente sentí alivio profundo. Nada me daba tanto miedo como enfrentar a América Pitz, a Sarah Woodgeth o a mis padres, así que ser custodiada por Liam no era tan malo como sonaba de camino.

—¿Quieres que ponga música motivacional? —sugirió mientras me armaba de valor frente a la puerta.

Para enfrentar a mis padres iba a necesitar mucho más que música motivacional... Tal vez una nueva cita con la psicóloga.

—¿Lauren Daigle?

Hizo una mueca.

—Yo estaba pensando en Rocky, pero Lauren podría funcionar.

Reí por lo bajo y negué con la cabeza mientras me armaba de valor.

Cuando finalmente logré reunir la fuerza necesaria para actuar y llamar a la puerta, tuve que contar hasta 10 antes de que alguien abriera.

Ese alguien fue mi madre.

Sus ojos se agrandaron por la sorpresa de verme otra vez. Ahí estaba, mi madre en carne y hueso. Y después de no haberla visto en lo absoluto por más de seis largos meses, ni siquiera parecía un poco entusiasmada.

—¿Lucy?

—¿Podemos pasar? —titubeé.

Mi madre, presa de asombro y la incredulidad, retrocedió levemente y asintió una sola vez.

Entré sintiendo la imponente presencia de Liam siguiéndome de cerca, como una sombra viviente, mientras yo me aferraba a los retazos de valentía que todavía me quedaban.

—¿Quieren algo de tomar? —preguntó mamá en automático, apilando los platos compulsivamente en un vago intento por mostrar el ambiente presentable que nunca existió cuando mi hermano y yo vivíamos ahí.

Giré hacia la cocina de la casa, en ella encontré la espalda ancha de un hombre fuerte, con el cabello grisáceo y los hombros erguidos. Cuando el hombre giró mostró a un hombre decaído, mucho mas envejecido de lo que recordaba. Él era la roca, era a quien tenía convencer para ganar de regreso al resto de mi familia.

Papá.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó con rencor, arrojando los platos que sostenía entre las manos, directo al fregadero.

Sus ojos ardían en furia, su mandíbula tensa apenas podía contener el enojo, la traición que parecía bullir dentro de él, mientras mi hermana (junto al capitán) giraba lentamente hacia nosotros.

—¿Por qué no me sorprende? —masculló Liam tan bajo, que me hizo dudar.

—Tranquilo. Ya nos íbamos —mentí. Dentro de mi cabeza había sido una velada larga. Nos abrazábamos, contábamos chistes y dejábamos nuestras diferencias de lado. Evidentemente la realidad iba a sobrepasar mis expectativas por mucho—. Solo vine a traerles esto. —Tendí el sobre blanco hacia él y esperé a que lo tomara.

Dudó. Parecía debatirse entre dejarme con el sobre al aire o tomarlo y dejar que nos marcháramos en paz. Al parecer la idea de deshacerse de nosotros lo suficientemente rápido, le despertó el interés, porque no tardó en tomar la segunda opción.

Lucky Love (LR #3)Where stories live. Discover now