Cap 35

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35.

Su mano se deslizaba con delicadeza sobre mi cabeza, en los mechones de cabello, Liam creaba pequeños remolinos entre sus dedos. Mi cabeza permanecía recostada en sus piernas mientras el auto corría por las calles de la ciudad.

—Me siento tan tonta. De verdad lo siento. —Me cubrí la cara con las manos.

Liam rió por lo bajo, aparentemente muy divertido con la situación. Era una suerte que no fuera tras de el volante o ya nos habríamos estrellado contra una tienda de artesanías.

—Preciosa, no importa que permitas que mi madre elija hasta tu lado de la cama en la luna de miel. Ella jamás estará complacida.

Mi lado de la cama. Linda de miel.

Mi cara aumentó dos tonos en un tiempo récord, lo cual perecía ser lo más divertido para Liam en aquel momento.

—Solo quería mantener la paz.

—¿Mantener la paz con Sarah Woodgeth? —Liam resopló—. Buena suerte.

—¡Gra-cias! —recriminé—. Es muy motivador.

Liam cerró los ojos y negó levemente con la cabeza.

—Lo siento —dijo antes de mirarme con un aire de culpabilidad—. Mira, no creo que nadie nunca haya sido capaz de complacer a mi madre. No pierdas tu tiempo. Además no es importante.

—Es tu madre, por supuesto que es importante. —Me erguí para mirarle de frente—. Voy a verla durante el resto de mi vida... O la suya.

Liam retiró un mechón de mi cabello sobre mi frente y sonrió.

—Luce, es nuestra boda. No deberías de permitir que nadie más influyera en las decisiones.

—Lo sé. —Volví la mirada hacia la cuna de mis manos—. Solo... Solo quería...

—Conservar la paz, ya lo sé —Con una mano me atrajo hacia sí y, teniéndome cerca, besó mi frente—. Gracias por intentarlo.

Suspiré al tiempo en el que el auto se detuvo y el chofer abrió la puerta.

De pronto, un escalofrío me recorrió la espalda. Estaba a punto de hiperventilar.

El plan de la CIA Estaba a punto de ponerse en marcha. Yo era la carnada y Liam iba controlar la seguridad del perímetro (que seguía pareciéndole ridícula), mientras la CIA intentaba apresar a Will.

Bajamos para reunirnos en el callejón oscuro en el que había citado a Will.

Dejé una nota en el buzón de la casa de Katy, junto a una rosa roja, era imposible que pasara por alto en su radar.

Funcionó, al poco tiempo la carta desapareció del buzón. Naturalmente no fue Will quien apareció a recoger la nota, pero estaba segura de que seria él quien respondería.

—Entonces esto es lo que harás —indicó uno de los líderes cuyo nombre había olvidado—: Llegas, te plantas enfrente, esperas a que Will llegue, cuando aparezca nosotros entramos, lo arrestamos, lo llevamos ante la justicia y tu regresas con tu novio a celebrar esta noche ¿qué te parece?

—Un plan estúpido por donde se vea —respondió Liam sin tentarse el corazón.

—Hablaba con ella —descartó el oficial.

—Es un plan estúpido por donde se vea —concedí—, pero si es todo lo que tenemos, debo intentarlo.

Después de eso, pasé un largo rato escuchando como Liam lanzaba ordenes sobre los monitores y las líneas de grabación, mientras un grupo de tres soldados me daban indicaciones sobre lo que debía hacer.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora