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—¿Realmente no nos reconoces?, ¿No recuerdas ni un poquito de tu familia?— preguntó la mayor en aquella habitación.

Hiro solo negó con la cabeza, seguido de un "No" sacado de su boca. ¿Por qué mentirles? Si el daño era realmente fuerte y llenaba de amargura el ambiente, sin importar lo que sucediera después.

Aquella mujer se cubrió la boca con ayuda de sus manos, volvería a llorar y eso era más que obvio, sus ojos lo demostraban. No dijo más, salió de la habitación corriendo, no deseaba que su sobrino la viera llorar, no en el estado en el cual se encontraba este mismo.

Y de nuevo, otro silencio inundó la habitación del chico. Dando un ambiente incomodo entre ambos menores.

—¿Y tú eres?— el silencio se rompió cuando el que estaba en la camilla y veía con curiosidad al menor de piel morena, quien tenía agachada la cabeza.

El contrario quería llorar y desahogarse pero le había prometido a mamá Cass ser fuerte y valiente a que este momento llegará. Se sentía pésimo, el manojo de nervios se apoderaba de él y ni se diga del nudo en la garganta que le asfixiaba.

Levantó la mirada, topándose con los orbes oscuros del nipón.

—So-Soy Miguel, yo soy...— paró de repente, ¿Estaría bien decirle?, no quería hacer sentir mal a Hiro, su novio. Y mucho menos quería hacerlo sentir mal en el estado en cual se encontraba.

Vamos, que de seguro tú te sentirías mal si no recuerdas al amor de tu vida, ¿No es así? Sentirte mal por que ese amor, hubiera aparecido como aquel sueño en donde despiertas y al momento de querer recordarlo, simplemente no recuerdas.

Y te das cuenta que esa persona no te ama, como tu la amaste en aquella terrible pesadilla.

AmnesiaWhere stories live. Discover now