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Difícil sería decir que compondrás una canción en menos de veinticuatro horas, con melodía, rimas, estructura y una historia que se adjunta a la vida del propio autor, pues este plasma sus sentimientos en cada estrofa de la melodía. Pero esta vez Miguel no presentaba este tipo de problema, sino uno más complicado y difícil de hacer, más siendo un momento donde la adrenalina invade tu cuerpo, la desesperación hace que tus sentidos no den el cien por ciento de su funcionamiento y te ciegues por la frustración de lo que pasa en ese mismo momento.

Miguel todavía tenía a Hiro cargando a espaldas, el poco ardor que tenía hace unos momento había desaparecido por las mismas razones ya explicadas. Pero ¡Vamos! que una cosa era la desesperación brotar por cada poro de tu ser, que ser desesperado por la parlanchina voz del robot de vinilo anunciando el mal estado de salud que cargaban ambos sujetos. Agregando que tenían un villano inconsciente.

Luchaba para salir de aquella estructura dañada a escasos minutos de caer, luchaba para que la persona que transportaba en ese instante no fuera; de nuevo, una terrible imagen, siendo el cuerpo del azabache quien descansará en una camilla con varias maquinas y filtros que precisaban cada latido de su corazón, la constante respiración que daba, y el trabajo que su cerebro poseía, para que este no muriera y siempre estuviera con vida.

Miguel luchaba a cada paso, pero el asfixiante dolor no lo dejaba seguir, el poco oxigeno que sentía lo mataba, la aceleración de su corazón era bastante como para dejar que el robot de vinilo lo ignorará. Y probablemente para él hubiera sido extraordinario salir en Baymax con sus propulsores a todo lo que daban para finalmente salir de ese laberinto interminable de escombros y escaleras a pisos de derrumbarse, pero no, Baymax acusaba al villano retenido de que la estructura era demasiado inestable como para salir volando y quebrar una ventana, sin salir lastimados en el intento.

Ahora solo faltaba ir a la azotea antes de todo el colapso del inmueble, a pesar de que eran pocos pisos los que se debían de subir, las condiciones las que se encontraban todos, y el paso tan lento que cargaba el robot de traje rojo, lo hacía interminable. Un martirio para cualquiera que lo viera en plena acción, pero para el mexicano, era un acto de valentía, fe, fortaleza y sobre todo amor al súper héroe que descansaba en su espalda dañada. Una esperanza para que Hiro vuelva a estar bien  y no en un horrible hospital, no de nuevo.

Apresuró su paso, a pesar de los mareos que comenzaban a afectar su equilibrio y visión de donde iba, pero era necesario, cada paso dado era más esperanza para Miguel en tener bien a Hiro.

Sentía que si podía, y que a cada escalera subida era el hecho de estar más cerca de la salida.

Pero el sobre esfuerzo que hacía Miguel, hizo que este se desmayará.

Poco tiempo el edificio comenzaba con más temblores fuertes, sacudiendo este mismo con las últimas personas dentro.

Y para los afectados dentro de aquel gran edificio, parecía el final más tráfico que podrían haber tenido.

AmnesiaWhere stories live. Discover now