|| 19 ||

979 145 24
                                    

A pesar de haber tardado saber quien eras tú realmente, siempre tendré grabado en mi mente todo lo que hiciste por mi y no solo eso, sino que también hiciste que descubriera que yo ... me había enamorado de ti.

Ahora solo me faltaba decírtelo, declararte lo que estaba sintiendo.

Aún recuerdo cómo es que me entere de tu gran secreto...

Recuerdo que salia de mi trabajo, siempre cerraba "el changarro" a partir de las seis de la tarde.

Y siempre me venías a visitar y saber el como estaba, siempre llegabas con Baymax, siempre le pedidas callar cuando estabas conmigo.

— ¿Sabes? Es muy divertido pasar el rato contigo, gran héroe — me sincere contigo, mientras te miraba de frente, pues siempre me escoltabas hasta el hotel, solo para mantenerme seguro.

— Para mi también es divertido estar contigo, Miguel — ahora fuiste tú, quien comenzaba a ponerse sincero — Miguel... — me hablaste, mientras envolvías mis manos con las tuyas; a pesar de que eran cubiertas por los guantes de tu armadura, sentía el calor envolverlas, y sintiendo de nuevo, el cosquilleo en mis entrañas, al igual que un calor que invadía mis mejillas y como mi corazón comenzaba a palpitar fuertemente — Por favor, dime algo... — volviste hablar, dirigiendo tu mirada, o eso pensaba; ya que jamás te quitabas el casco de la cabeza, y volviste a verme — prometeme que pase lo que pase... tú, me seguirás queriendo...— hablaste con temor, apretaste un poco más mis manos, mientras temblaban de miedo.

Te solté, algo que te había hecho decaer, te sonreí, mientras acariciaba el cristal de tu casco.

— Jamás dudes de ello... — susurré, y de inmediato me abrazaste. Te correspondí el abrazo, esta sensación la conocía perfectamente y el sentimiento jamás se moría.

Sin que te dieras cuenta, te tomé del casco, rápidamente me separe un poco de ti y así te quite el casco. Algo que claro, tú jamás te hubieras esperado algo así de mi...

Sonreí, al final sabia que eras tu, Hiro. No por algo tu voz se me hacia tan familiar y lo poco que podía ver de ti a través del cristal eran tus mechones alborotados.

Te regalaba sonrisas, te había acariciado la mejilla, pues aún seguías en shock ante mis movimientos.

— ¿El héroe de San Fransokyo jamás se esperaba esto? — me burlé un poco.

— ¡E-Eso es trampa! — reclamaste a lo que reí.

— No es trampa, tenía mis sospechas — aclaré.

Dime, por favor, que no le dirás a nadie — me suplicaste.

tranquilo, y yo nervioso. Mi boca es una tumba cerrada — dije,mientras fingía que mi boca traía un cierre abierto y lo cerraba inmediatamente, haciendo una mueca que te hizo reír un poco.

— Eres un loco, Miguel — dijiste entre leves carcajadas y yo acompañe estas.

— Así me quieres, chinito — volvió a burlarme.

Realmente extraño estar así contigo, actualmente Hiro.

AmnesiaWhere stories live. Discover now