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El miedo comenzaba a apoderarse de las personas que seguían dentro de aquel inmueble que colapsaba de manera tortuosa.

Autoridades, y demás personal autorizado a ayudar, comenzaban a evacuar a las personas a ciento cincuenta metros de distancia de la zona de riesgo.

Los héroes; específicamente los que seguían dentro de KT, habían desalojado completamente el edificio, solo faltaba que uno de ellos saliera.

El trigueño; quien era retenido por las autoridades, sentía un mal sabor de boca al saber que Hiro seguía dentro de KT.

El miedo y desesperación comenzaban a apoderarse del cuerpo del mexicano, sentía que algo grave pasaría, sabia que él debía de estar a su lado en todo momento, una pequeña voz dentro de su cabeza se lo decía. Pero, cada que intentaba acercarse, sentía que era más imposible hacerlo, la restricción del paso a cualquier persona no ayudaba.

Mientras que dentro de KT, un adolorido Hiro, se encontraba tirado con un fuerte dolor de cabeza, intentando defenderse de cualquier sustancia toxica que su enemigo aventaba con las esferas de cristal, en diferentes colores.

Sentía su perdición, aquel dolor de cabeza era aguda, sentía morirse en un momento, pero tenía que resistir, todos y cada uno de los flash back eran una completa tortura.

El recuerdo de la muerte de Tadashi, el rencor y odio de Callaghan hacia Krei, su venganza, su derrota, aquel momento en donde perdió a Baymax, su pase a la universidad, la reconstrucción de uno de los mayores inventos de su hermano, las centenares de situaciones por las cuales él y sus amigos se dejaron manipular por los berrinches de Fred y hacerse héroes pero, mas importante era aquel chico mexicano, su sonrisa, sus ojos chocolate, aquel aroma que lo identificaba, sus miles de apodos hacia su persona y finalmente, una confesión, seguido de un beso lleno de miedo, desesperación y amor, la promesa que jamas cumplió y una escena llena de oscuridad.

Cada imagen era soltada como un flash de una cámara que golpeaba cruelmente tu cara, para en cegará entre los recuerdos.

El villano no dejo pasar aquella oportunidad de finalmente ver al Hamada tirado, jadeando con dolor y tomando con brutalidad su cabeza; para este entonces Hiro se había retirado el casco por tan insoportable dolor, tomando su cabellera azabache con fuerza, enterrando sus uñas en su cuero cabelludo.

— ¡AAAHHHH! — gritó adolorido.

El villano tomo una esfera, colocándola en su pistola, apuntando directamente a Hiro.

— Hasta nunca... — susurró con aquel programa, dando un final a Hiro Hamada.

Y tiro de aquel gatillo que amenazaba a muerte al héroe.

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