Capítulo 14

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Kara seguía en shock mientras su madre le contaba su reencuentro con una antigua amiga allí en aquella misma gala. Dio un largo trago a su copa de vino acabándose su contenido y a los pocos minutos sintió de nuevo ese olor cítrico.

-¿Le relleno la copa? -escuchó la voz de Lena y levantó la cabeza para observar de nuevo aquellos ojos.

-Sí por favor.

Cuando dejó la copa de nuevo sobre la mesa, Kara la cogió de la muñeca, sin apartar la mirada de su rostro.

-¿Cuándo traerán la comida? -murmuró nerviosa- Tengo hambre...

Lena intentó no sonreír al volver a escuchar su voz.

-Enseguida señorita, voy a avisar de que los invitados se están quejando.

La rubia asintió soltando su brazo lentamente y al levantar la mirada de nuevo se encontró a Rhea al otro lado de la mesa, mirándola fijamente, apretando la mandíbula.

La cena transcurrió en relativa tranquilidad. Kara evitaba constantemente la mirada de la reina cada vez que Lena pasaba cerca. La morena se encargaba de el lado de la mesa donde Kara se encontraba y se aseguraba de ser ella quien le servía, todo fuera por un mínimo roce, una mirada, una sonrisa... Fingir que no se conocían era lo peor, no poder hablarle ni abrazarla.

Dos horas después los invitados volvieron al salón, donde la música volvió a sonar y los sirvientes empezaron a ofrecer copas y dulces.

-Lo siento mi madre quería que cenara a su lado... -escuchó a Mon-el que volvió a acercarse a ella.

-No te preocupes mi madre igual -sonrió.

-¿La has visto?

Kara asintió.

-De eso quería hablarte esta semana que estuve llamándote, ha aceptado ser criada, se lo recomendé yo. Tiene un nivel de vida mejor y como le dije... así puede verte.

-Está preciosa... -murmuró mientras observaba a lo lejos cómo la morena ofrecía varias copas a una pareja que charlaba al fondo de la sala.

Mon-el la miró soltando una carcajada, haciendo que la rubia se girara de golpe con las mejillas teñidas de rojo.

-Me recuerdas a mí cuando miro a Zira -le guiñó un ojo.

-¿Qué dices...?

-Tú me has entendido -sonrió dándole un apretón amistoso en el brazo.

Kara se mordió el labio volviendo a buscar a la morena con la mirada, pero esta había vuelto al interior de la cocina a por más dulces.

-Mi madre no te quita el ojo de encima.

-Lo sé, no quiere que hable con ella, ni que me acerque...

El chico suspiró mientras observaba el interior de su copa vacía y aprovechó que pasaba uno de los criados para dejarla en su bandeja.

-Va a dar un discurso dentro de poco, dura unos diez minutos...

Kara le miró confundida.

-¿Recuerdas dónde está mi habitación? -preguntó de repente.

-Mmm sí... ¿Por qué?

-En cuanto mi madre suba a hacer el discurso ve allí.

-¿Para qué?

Pero el chico ya había salido corriendo al ver que su madre había ido en busca de los papeles donde había redactado el discurso. La rubia se quedó mirando hacia donde había desaparecido, como esperando que volviera y le contestara. Pero no ocurrió. Dejó su copa medio vacía en una de las mesas y viendo cómo Rhea subía a una pequeña tarima improvisada, dando comienzo a su discurso, se coló entre la gente para volver a la entrada.

Take You Home (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora