Capítulo 23

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Estaba temblando bajo aquella fachada de mantener la calma y aparentar que todo aquello estaba bien, que no iba a perder los nervios en cualquier momento. La casa estaba decorada con flores y odió la presión que sintió en el pecho al ver un vestido de novia expuesto en el salón. Era el de su madre, pero le habían cortado y arreglado las mangas para hacerlo de tirantes.

Se mordió el labio inferior al entrar en la cocina, su madre revisaba una lista con las gafas puestas mientras movía una cuchara en el interior de una taza con café.

-Mamá... -murmuró pasando los dedos por la madera de la mesa, acercándose a ella para comprobar que aquel papel lleno de nombres estaba encabezado con el título "Lista de Invitados".

Sus ojos se cruzaron y en ellos encontró ilusión y decepción a partes iguales.

-¿No pensabas volver?

-¿Para que me obligaras a casarme con alguien a quien no quiero?

-¿Y a quién quieres? -rió irónica- ¿A una chica que apenas conoces?

-Sí.

Su madre volvió a levantar la mirada de la lista para observarle detenidamente, y esta vez únicamente encontró decepción.

-Este enlace ayudará a poner fin a tantos enfrentamientos sin sentido.

-Hablas como si fuera a ocurrir, como si Mon-el o yo fuéramos a aceptar.

-Él ya ha aceptado.

Kara sintió que el aire dejó de entrar en sus pulmones por un segundo.

-No puede ser -murmuró.

-Ha aceptado esta mañana, se casará contigo, por el bien de todos.

-Debe haber un error, le habrán amenazado con hacerle algo a Zira...

-O quizá es que él no es un egoísta como tú.

-Siempre me has dicho que lo importante es que sea feliz, ¿y ahora que lo quiero ser me lo niegas?

-Y serás feliz con Mon-el, es un gran chico, te cuidará.

-No, seré feliz con Lena.

-Así que es la criada de la que Rhea hablaba, la ayudaste a escapar ¿verdad? Esa chica te ha comido la cabeza, te está utilizando.

Kara negó con la cabeza dando un paso hacia atrás, sentía los ojos arder y el corazón latir con demasiada fuerza contra sus oídos.

-Mañana es la ceremonia, a las nueve empezarán a vestirte y peinarte.

-¿Qué opina papá de todo esto? -sentía las fuerzas con las que había llegado huir de su cuerpo por cada poro de su piel.

-Como todos está de acuerdo con que es lo mejor para ambos planetas.

-Esto no puede estar ocurriendo... -se alejó sonriendo irónica, presa del pánico- No voy a aceptar, me niego.

-Aceptarás porque es lo mejor para...

-Ambos planetas, lo sé -alzó la voz, repitiendo sus palabras-, ya lo has dicho pero eso no es lo mejor ni para mí, ni para Mon-el. No pienso aceptar un matrimonio basado en una farsa.

-No tienes otra opción.

Kara fue a replicar cuando dos guardias salidos de la nada la cogieron de ambos brazos, levantándola del suelo. Miró a su madre esperando ayuda pero se limitó a apretar los labios y a seguir con su lista.

-Buenas noches hija mía, mañana te espera un gran día, nos espera a todos el comienzo de una nueva etapa de paz.

Y con esas palabras seguidas de un gesto de mano, ambos hombres la subieron hasta su habitación, la dejaron caer en la cama mientras ella intentaba soltarse y tras ello salieron cerrando con llave desde fuera. La rubia corrió a golpear la puerta, intentó abrir en vano y finalmente se dejó caer en el suelo, sin fuerzas ni para llorar.

Take You Home (SuperCorp)Where stories live. Discover now