1. Feliz Cumpleaños, Cheiz

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Salimos del lugar, por si acaso veía hacia atrás para no toparme con Dorian por si "me buscaba".  Algo dentro de mi me pedía solo correr con mi alfa. JAJAJAJAJAJAJAJAJA no -decía mi cordura-

No culpen mis dudas, solo soy un niño que fue separado de nido muy temprano y estar con otra persona que acabo de conocer aún me es increíble. Pero mi odio hacia Dorian es más grande, por ello no doy marcha atrás.

— Cheiz, te has quedado en silencio por varios minutos, no haré nada que no quieras, mejor volvamos al bar. ¿Si?

Que ser omega al menos tenga sus ventajas.

— P-Pero quiero, quiero ir contigo a casa —dejé escapar algo de feromonas, hable dulce y veía al suelo. Típico omega ON.

Escuché como trago en seco y tomó mi mano con velocidad. Bingo.

Tomamos un taxi, Mauro dijo a dónde y en cuestión de ocho minutos llegamos, no estaba muy lejos del bar pero las calles estaban congestionadas.

Llegamos a un apartamento, 31, Mauro aún tenía duda, lo veo en su rostro; pasé y cerré la puerta por si se le ocurría escapar.

— ¿Quieres algo de beber, lindo Cheiz? —fue lo único que salió de su boca.

No. No quiero tomar nada, solo necesito ese cuerpo. No puedo decirlo así, debo parecer algo inocente.

— Mauro —le llamé y este solo me ve a los ojos— ¿Te parezco lindo?

— Así es, eres lindo. ¿Por qué la pregunta?

— Hablas de lindo en forma tierna o en forma de deseo —pregunté en la forma más inocente posible.

Escuché su risa y luego puso una cara seria — Cheiz eres lindo y deseable, entras en ambas categorías.

Un pequeño sonrojo se hizo presente, en ambos.

Mis ojos se clavaron en el piso y poco a poco me iba acercando a Mauro. Al estar frente a él, tomé su mano y levantaba la vista poco a poco.

— Mauro, hoy...

— ¿Hoy?

— Es mi cumpleaños. —bueno, en eso si era sincero.

— ¡Wow!  Y apenas me lo dices, pudimos ir a una pastelerí------

Si no lo hacía yo, esto no iba a avanzar.

Besé con deseo sus labios, di un saltito y mis piernas rodearon sus caderas, esto iba bien pues sus manos al instante me sostuvieron, jugueteando un poco con mis glúteos.

Él introduce su lengua en mi cavidad bucal, este si es el Mauro que necesitaba, la sensación en verdad te lleva al cielo; moví mis caderas haciendo pequeños circulitos, esto hizo que el beso se rompiera y me viera.

— ¿Estás seguro de esto, Cheiz? 

Idiota, no es como si te pudieras detener ahora.

Dame el mejor regalo de cumpleaños, Mauricio.

Otro caluroso beso nos mantuvo unidos hasta que sentí que me bajo en un lugar acolchonado, me llevó a la cama y no me di cuenta; se quitó la camiseta y dejó todo ese paraíso a mi vista, su cuerpo bien trabajado me hacía sentir algo de morbo a lo que se escondiese bajo ese bóxer. Me senté en la cama, me deshice de mi camiseta, mi pantalón, mis zapatos, medias, todo lo innecesario.

Mis ojos corrieron nuevamente a su bóxer, esta vez lo haré porque quiero y no porque un pendejo usa la voz para que lo haga.

Me levanté de la cama, lo senté a él sobre esta, abrí un poco sus piernas, me arrodillé e introduje su gran dote en mi boca; caliente, soy inexperto pero intentaba tener cuidado de usar mis dientes, mi lengua hacia la mayor parte del trabajo, rodeaba su miembro con esta, hacía circulitos en la punta, mi cuerpo ya lo estaba sintiendo pero cada que sentía mi virilidad levantándose recordaba el rostro de esa basura que tengo como alfa.

Ugly [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora