Ugly [Omegaverse]

17. Viaje bueno, querido Cheiz

Pov Dorian

— También fue un gusto hablar contigo —dije con ironía, pero sin odio hacia él, colgué el teléfono y me quedé viendo el teléfono.

2:30 AM.

Enciendo la linterna del celular e ilumino a Cheiz, su rostro durmiente me calma, su boca medio abierta me hace verlo aún más deseable, es más, así roncara lo vería precioso. He cambiado demasiado.

Llegué a un punto de quiebre el día que llegó Carlos, entendí tantas cosas pero no basta con solo entender; me levanto sobre la cama y apago la linterna, enciendo el flash de la cámara de mi teléfono y tomo una foto de Cheiz. La pondré de fondo de pantalla.

Me recuesto junto a él y tomo otra foto, está vez quedo en ella besando su frente. — Me preocupa que te vuelvas cada vez más lindo.

Me siento inquieto, no puedo dormir aún, decido sentarme, algo de luz entra por la ventana, agradezco a la noche por hacer ver a mi pequeño aún más lindo; mis ojos recorren todo su cuerpo, deteniéndome en su cuello, mi alfa se sentía feliz y extrañamente puedo estar de acuerdo con este por primera vez.

— Wise men say —con mi voz de tarro empecé a cantar— only fools rush in —sonreí por la extraña sensación que tenía en mi estómago y pronuncié las siguientes palabras con mis ojos cerrados— but I can't help falling in love with you.

Definitivamente la madrugada me pone sensible o me vuelve sincero.

— Shall I stay —no es lo mejor— would it be a sin —desde que te tomé se volvió un pecado quererte— If I can't help falling in love with you.

Mis ojos se sintieron pesados y tibios, una lágrima rueda por mi mejilla, sonrío, pero mis labios tiemblan, no puedo parar las lágrimas, solo puedo dejarlas ser mientras veo el rostro de mi persona favorita en este turbulento mundo.

🌧️

Pov Cheiz

Desperté con una extraña opresión en mi pecho, quedé sentado en cuestión de segundos sobre la cama, lo busco con la mirada — Buenos días, feo.

— Buen día, pequeño —dice con solo un ojo abierto.

— ¿Qué te sucedió? —su cuello estaba rojo, tenía marcas de — ¿Acaso peleaste con alguien a mitad de la noche? —me acerqué para ver mejor pero su acción desvergonzada me detuvo — ¿Por qué carajos me tocas las nalgas iniciando el maldito día?

— Soy débil ante tus tentadoras posaderas, soy humano, ahggg dulce pecado —enloqueció.

Lo ví extrañado, me levanté de la cama y no cambié mi expresión de "¿Y este qué?" hasta que salí de la habitación.

(...)

— ♪ Estoy llorando en mi habitación, todo se nubla a mi alrededor, ella se fue con un niño pijo —llegando a la cocina escuché como Carlitos entonaba una canción realmente conocida.

— En un Ford-fiesta blanco, y un jersey amarillo —seguí la canción y él me vió contento.

Nos miramos cómplices.