Ugly [Omegaverse]

15. Pelea

Pov Cheiz

A la mañana siguiente todos despertamos y todo siguió su curso.
Nada de incomodidad con Carlitos ni con Dorian, es más, Dorian me echaba pequeños vistazos mientras yo estaba de espaldas. Carlitos me dijo que mientras me veía ponía cara de estúpido.

Auwwww ~

— ¡Vamos de fiesta hoy! —estábamos en medio del almuerzo y Carlitos grita asustándonos a Dorian y a mí.

— Me da pereza, tengo locha, quiero dormir —Dorian dice esto mientras se recuesta en la mesa.

— Estás volviéndote viejo, mira, hasta te sienta tener poco cabello. Eres un completo hombre viejo.

Dorian se levantó de su silla — De hecho, desde hace mucho no salimos Cheiz.

Nunca hemos salido a una fiesta. No dije esto en voz alta para evitar una pelea innecesaria.

— ¿Qué dices Cheizu? ¿Vamos?

Estar en un lugar estrecho, con un máximo de dos centímetros de distancia de otras personas desconocidas, que falte aire, sudor, bebidas, música, buena vibra, definitivamente voy.

— Por supuesto.

— Entonces corran, pónganse algo lindo y los espero en media hora en el auto.

🍾

Él tomó mi mano y me llevó a la habitación extra, se acerca a mi cuello y empieza a olfatearme, sonrío por la sorpresa, me siento completo, hoy es un día de los buenos.

Un día en el que te detienes a pensar, la vida me ha dado como a querido pero al final todo encaja y mírame ¡Estoy vivo! A pesar de todo, puedo sonreír y por ello, doy gracias.

— Dorian, te qui----

— Dímelo cuando llegue tu pedido.

— ¿Mi pedido?

— Espérame aquí cinco minutos.

Me dejó en esa habitación, me sentí algo molesto por qué no me dejó decírselo, también me resulta extraño que me trajera aquí y no entraramos en nuestra habitación. Qué estará planeando.

Cinco minutos pasaron y él ya estaba aquí — Esto es para ti.

— Tuviste tiempo de cambiarte Dorian, oh, gracias.

Lo que había en la bolsa era un jean, una camisa blanca y una camiseta azul oscuro. — ¿Para salir ahora?

— Sí, esto lo compré por qué sé que te verás más hermoso con esto puesto.

Me sonrojé como un bobito, le dí la espalda para ponerme lo que me trajo pero demoré más de lo pensado ya que su mirada no dejamos de estar clavada en mí. Sinceramente pensé que me atacaría, pero no, me paré frente a él y se encargó de arreglar mis mangas.

— Esto —de su bolsillo saca el reloj más bonito que había visto— es para tí, mi pequeño.

— N-No te lo puedo aceptar, es tuyo, no, no.

— Hey, te lo quiero regalar, piensa que es algo egoísta de mi parte también —se acerca a mis labios y susurra— Ya que es como una segunda marca, quiero que todos sepan que eres mío.