9. Dorian

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Pov Dorian

Contenerme ya está bien.

Despertar al lado de él, tan cerca, sin morbo, solo despertar a su lado me ha hecho sonreír antes de abrir mis ojos. Su piel es tan suave, verlo dormir me provoca hacer una sonrisa boba, veo que su cabello está creciendo poco a poco, ahora pica tocarlo.

Una de las chicas de la limpieza entra, un gruñido sin intención sale de mi, me sentía celoso si alguien se acerca a este nido. Sal de aquí, por favor, dije levantando un poco mi cuerpo de la cama.
Cuando en la habitación volvimos a estar solos volví a mi estado de admiración a Cheiz.

El azul de sus ojos se abre paso en mi campo de visión, estas son las vistas al mar que deseo. Carajo, carajo, me trae idiota.

— Buenos días, Cheiz —dije acurrucándome en su pecho.

— Buenos —bostezó— días, calvo.

Sonreí, ya Cheiz logró calmar su celo; Carlitos trajo un supresor inyectable y casi temiendo por su vida nos lo aplicó a ambos.

— ¿Qué te gustaría desayunar hoy?

— Pastel de naranja, mamá solía preparar el mejor.

Una punzada de culpa de atravesó en mi pecho — Cheiz — le llamé pero no le voy a decir nada aún.

— Haremos el mejor pastel, ambos.

— ¿Lo prepararemos nosotros? —asentí— ¡Quemaremos la casa!

Me reí de solo imaginar todo en llamas y a Cheiz echándome la culpa.

— Lo sé, pero me muero de ganas por cocinar contigo —dije haciendo un puchero.

— Tú ganas —dijo levantándose, sonrojado me vio a la cara y me mostró su lengua como un niño pequeño, luego corrió al baño avergonzado por su desnudez.

Nos llevó toda la mañana pero lo logramos -tampoco quemamos la casa-, el pastel de naranja se veía digno de consumir, lancé muchas groserias mientras hacíamos este pero valió la pena.

— Sin ningún daño, Cheiz.

— Somos un buen equipo, Dorian.

Cortamos dos pedazos y lo probamos, Uffff, no es por presumir pero estaba delicioso.

Todo lo hago rico, Cheiz lo aprueba.

— Dejaré el resto en la nevera por si alguien quiere.

— Sí, el señor Gómez debe probar esto.

Enarqué mi ceja derecha — ¿Ah sí? ¿Por qué papá debe probar esto?

— Para que se dé cuenta que si no puedes con la compañía lo harás mejor de repostero—si lo dice así de tierno no podré quejarme.

Tomé sus cachetes y los apreté, agarré la última pieza del pedazo de pastel y lo sostuve en mi boca, luego me acerqué a Cheiz y en un beso consumimos este.

— Ujumm — ¡Carlos!

— Al fin despiertas, Cheiz, te presentaré.

Carlos lo ve de arriba a abajo, se queda viendo los ojos de mi Cheiz y sonríe. — Así que superado, vaya —dijo en voz baja pero todos lo notamos.

Ugly [Omegaverse] Where stories live. Discover now