7. Control

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Sorpresa, eso reflejaban sus ojos.

— Hola Mauro —saludé con una falsa sonrisa, este solo enarcó una ceja al ver mi falta de cabello o tal vez mi imagen pero no mencionó nada.

No es que no estuviese feliz de verlo, la presión en mi pecho por culpa de Dorian es la que me hace forzar esta.

Me saludó con un amable "Hola Chiquillo" tras esto le dio un apretón de manos a su cuñado, bueno, el prometido de su hermana. Mateo me agradeció mil veces en el taxi y no preguntó el porqué de mis lágrimas.

Me senté en una de las mesas, Mauro me sirvió un jugo, soy menor pero NO JODAS lo que necesito es trago, para olvidarme dos segundos de ese rostro, su rostro.

Ambos están en la barra charlando, las personas están llegando y la noche cae sobre nuestras cabezas; una chica que al parecer era día de pago quiso invitar una ronda a todos, se lo agradecí desde mis adentros y Mauro me sirvió el trago a regañadientas.

El primer sorbo me llevó a la calma momentánea mas placentera, relajé mis hombros y dejé mi mente volar.

Los últimos días Dorian se ha comportado algo extraño, me da "alas" haciéndome pensar que tal vez me quiera, creo que solo son ideas mías y así queridos, es como yo mismo me destruyo.

Hoy se comportó tan caballeroso, ahg Dorian es enigmático, me encanta y me duele. Los cumplidos que me hace me hacen suspirar aún si mi apariencia no es la más bonita, que él diga que me veo bien es suficiente y sé que debería valerme madre lo que él piense.

Lo que importa es lo que yo piense de mí, aunque creo que es mejor valerme esta vez de Dorian ya que mi autoestima está por los suelos.

Bebo otro sorbo y sonrío recordando la escena de celos que armó por Mateo, recordé como ambos se mostraron la lengua como niños pequeños; siguen pasando las escenas por mi cabeza y entiendo que es quien siempre tiene el control ¿cuándo lo tendré yo?

No me importa si duele, por una vez quisiera tener el control, quiero un cuerpo perfecto, quiero ser especial para Dorian; termino mi trago de un sorbo sintiendo como este prende mis energías.

— Otro más, por favor—pido a Mauro.

— Los menores de edad no beben.

— Los menores de edad tampoco deberíamos coger con mayores de edad pero ahí me ves, otro trago, por favor.

— Yo invito —Mateo al fin hace una buena acción.

Rayos, mi humor está del asco ahora.

Tomo mi bebida y me marcho a mi mesa del fondo, varias personas charlan en sus mesas mientras beben, otras solo bailan aprovechando de un buen viernes.

Quiero dormir, la necesidad de recostarme en aquella cama que comparto con el idiota mayúsculo es un 1% más grande que mi necesidad de recostarme junto a Dorian.

Me levanté de mi lugar y vi por la ventana, corrí de nuevo a la mesa por que dejé mi bebida allí. Madre me decía que era muy peligroso perder de vista lo que bebo y más en un lugar donde hay borrachos, es precaución.

En estos tiempos te pueden drogar con solo un roce, mis ojos se fijaron bien en el fondo del trago, al parecer nada raro. No quería perder el contenido así que "suerte o muerte" bebí en dos tragos todo.

La canción se volvió mas interesante a mis oídos, dejé el recipiente en la mesa y salí a bailar. No dejé que nadie me tocase, iba a bailar solito, era una canción para apreciarme a mí mismo.

Moví mis caderas al son de la melodía, cerré mis ojos y me dejé llevar; estos momentos hermosos acaban rápido, tras finalizar la canción me dirigí a la barra para despedirme de Mateo y Mauro.

Ugly [Omegaverse] Where stories live. Discover now