5. Arrepentimiento

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Desperté junto a Dorian, estoy acostumbrado a verlo de vez en cuando en mi habitación pero se ha vuelto más difícil para mi pecho.

Recientemente mis ojos buscan al idiota de ojos verdes vómito, los padres de Dorian han estado mas ausentes desde que llegamos, el señor Gómez me trae regalos de sus viajes y la señora Gómez solo se compra perfumes que son gastados por las chicas que limpian la casa.

Me levanté despacio para no provocar  ruidos, el tema del internado no se volvió a hablar porque cuando iba a reprochar Dorian fue por su segunda ronda; busqué en los bolsillos del pantalón de Dorian algo de dinero para comprar pastillas. No quiero tener crías.

Cuando tomo el dinero y vuelvo a dejar el pantalón en su sitio mi vista busca a Dorian, me está viendo.

— Toma una foto y así dura más el recuerdo.

— Ya tengo muchas, gracias.

— Acosador.

— Tu acosador.

— Quiero acosadores nuevos.

Su ceño se frunce, no si ahora es el celoso. Qué le está pasando a ese hombre.

— ¿Para qué es el dinero?

— Tuvimos sexo sin condón, no quiero estar embarazado.

— Un hijo, ¡wow! Si es niño se llamará Cheiz como su madre y si es una niña se llamará Mary.

— Para el tren padre soñador, no quiero tener hijos —su sonrisa se hace presente.

— Es broma tontito, vamos a comprar pastillas.

Este no es Dorian, me hubiese hecho tener bebés o rogar para poder obtener las pastillas. ¡Los extraterrestres han raptado a Dorian!

Fui a tomar un baño para salir, mejor aprovecho antes de que se vuelva el grinch.

Salimos de casa veinte minutos después, hoy solo mis pantalones eras negros, lo demás todo era gris (sí, todo). Dorian intentó tomar mi mano apenas tocamos la calle, me solté de su agarre al recordar mi imagen, estoy calvo, con mi rostro demacrado; que horror.

Un sentimiento de tristeza llegó a mi, luego la inseguridad, mis manos empezaron a sudar y se pusieron frías. Quiero volver a casa.

¿Puedo pedirte un favor Dorian? —su cara de poker me hizo sonreír un poquito.

— Lo que quieras, bueno, mas o menos.

— Compra las pastillas, yo quiero volver a casa.

— ¿Por qué, Cheiz?  —su mano rozó mi mejilla y por reflejo la aparté con brusquedad.

— Do-Dorian, por favor.

Su expresión me dejó perplejo, dicen que los ojos son la ventana del alma, creo que lo hice añicos. No había visto a otra persona con esa expresión, salvo de mi.

Me sentí una mala persona, pero querido, comparado contigo soy un ángel.

— ¿Puedes?  —aún necesito el favor, así que dije esto en tono suave.

— Está bien, ve a casa.

Dorian fue solo y corrí a la habitación,  me tiré bajo las cobijas y cerré mis ojos.

Tu peor batalla es entre lo que sabes y lo que sientes. Aunque me duela decirlo, me gusta Dorian, este lazo me hace mas débil a él, mi cordura y amor propio me hace odiarlo -y es lo correcto- pero este corazón débil y guiado por mi naturaleza me hace aferrarme al alfa.

Ugly [Omegaverse] Where stories live. Discover now