Capítulo 30

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Una vez llegados a Dublín, me desperecé al salir del coche. Molaba mucho viajar, pero las horas de avión se clavaban. Al principio solía pensar que un trabajo en el que tenías que viajar constantemente era la pera limonera, pero esos viajes tan largos desquiciaban a cualquiera.

Hacía una temperatura agradable, por lo que no me había equivocado al llevar mis pantalones cortos y un top de tirantes de estampado alpino. El hotel era una maravilla, casi como el de la otra vez, pero éste tenía vistas al mar, lo que le hacía ganar puntos.

Otra de las diferencias era que Dylan y yo compartiríamos habitación, por lo que aún me sentía algo nerviosa. El universo parejil era nuevo para mí. Si que había tenido otras parejas, pero ninguna con la que pasara tanto tiempo, ni se compartiera cama o casa.

El teléfono de Dylan se agitó dentro de su pantalón.

–De acuerdo. Cinco en punto. Adiós.

Le miré y le vi en la cara que era trabajo.

–¿Qué ocurre?

–Ensayo a las cinco, Chloe necesita comprobar las luces antes del concierto.

No esperaba tener mucho tiempo para pasarlo con Dylan. Al fin y al cabo él había venido por trabajo. De todas formas aún quedaban un par de horas para las cinco.

–Bueno, tendremos tiempo para nosotros más tarde. Por ahora, subamos a deshacer las maletas.

Le di un breve beso en los labios y juntos atravesamos las puertas del hotel entre risas.

*****

–Mmmmm... ¡Este helado está buenísimo!

No podía parar de observarla. Su lengua salía de su preciada boca buscando su helado de pistacho mientras el mío se derretía lentamente sobre mis dedos. Así que me metí uno de mis dedos pringados de helado de chocolate a la boca.

–¡Eh, para! –dijo Ysolde sacando mis dedos de mi boca, para meterlos en la suya y lamer los restos de helado.

–Este helado también está buenísimo –dijo mirándome a los ojos. Me dejó noqueado en ese instante, ella nunca dejaba de sorprenderme.

Cuando creía que ella no podía ser más perfecta, iba y me sorprendía lamiéndome sensualmente los dedos en medio de una plaza concurrida.

–Parece que te hayas quedado mudo, señor Hoyt.

–Mudo, ¿eh? – y le pasé el helado de chocolate por la nariz, igual que el día anterior con la pintura, para acto seguido lamérselo y regodearme–, pues sí que está buenísimo.

Ella, ni corta ni perezosa tiró el helado al suelo y rodeó mi cuello aupándose de él para rodearme la cintura con sus piernas.

–Tú sí que estás buenísimo –y me plantó un beso húmedo y caliente en la boca, y la sujeté hacia mí tirando el helado en el proceso.

Sabía que con ella no me aburriría nunca, era toda una caja de sorpresas.

Noticiero Express, 15 Septiembre

Como ya comentábamos en anteriores ediciones de éste noticiero, el componente de los Go!Planet, Dylan Hoyt, vuelve al papel coushè de las revistas del corazón. Si antes nos era difícil conseguir unas instantáneas del afamado batería con alguno de sus 'rolletes de primavera', ahora, una vez que salió de un centro de rehabilitación a finales de agosto, se ha mostrado muy activo tanto en las redes sociales como en su vida personal. Un reportero de ésta publicación ha podido saber que hoy mismo llegó junto a una chica a la ciudad de Dublín donde ésta noche su banda tiene un concierto.

La chica en cuestión, una joven desconocida, y el batería, se pasearon en actitud cariñosa por una de las plazas más famosas de la ciudad. Este noticiero se asegurará de publicar las fotografías pertinentes que ya están siendo reveladas para tal ocasión.

16:56 h Dublín, Irlanda

El teléfono de Dylan sonó antes de que subiera al escenario para realizar el ensayo.

–¿Diga?

–...

–¿Y cuando dices que van a salir esas fotos?

–...

–Paralízalas como puedas, esas fotos no pueden salir.

–...

–Haz lo que puedas, pero avísame de cómo quede este asunto. Adiós.

–...

Te puedes quedar [Resubido, sin terminar]Where stories live. Discover now