Capítulo 22

33 3 0
                                    

Tengo que reconocer que el viaje estaba siendo alucinante. Visitar París había sido genial, recorrer sus calles, oler su aire… Y desde luego Lyon no se quedaba atrás. No paraba de sorprenderme de todo lo que veía, Europa era mucho más interesante de lo que esperaba.

Tras un viaje un poco incómodo en coche con Emma –incómodo, no por Emma, sino por el viaje mismo– hasta Lyon, lleguemos a la prueba de sonido del concierto. Gracias a un pase vip que Emma tenía, pudimos entrar y nos instalemos en el backstage.

La música llenaba el ambiente, y Emma y yo estábamos sentadas en un triste sillón en una salita, como la última vez. Intentando no parecer aburrida o desesperada, le propuse a Emma dar una vuelta por el backstage.

–No gracias –me dijo–. Pero date una vuelta tú si es lo que quieres.

–¿No te importa que te deje sola?

–No, ¡qué va! Ten en cuenta que llevo unos conciertos más que tú.

Me despedí de ella y exploré las instalaciones, los miembros del staff corrían de un lado a otro hablándole al intercomunicador que tenían en su mejilla. Andaban de un lado para el otro cerrando pequeños detalles.

Los dejé atrás hasta que conseguí llegar a un lado del escenario, acababan de terminar de probar el sonido de una canción y vi a Dylan bajar del podio de su batería. Al pasar junto a su hermano, ambos chocaron los cinco y se dijeron algunas bromas entre risas. La verdad es que no había visto nunca a Dylan así, yo lo notaba más reservado conmigo.

–¿Te diviertes?

Me giré rápidamente, notando como mi corazón latía rápidamente. Era Chloe la que me había hablado y me miraba sonriente.

–Lo siento, ¿te he asustado?

–Pues sí, un poco –le dije con el corazón en la boca.

–Es impresionante desde aquí, ¿verdad?

Volví a mirar hacia el escenario y vi que Dylan cogía una guitarra acústica y con cuidado afinaba las cuerdas, concentrado. El sudor le corría en pequeñas gotas por la frente, y tenía el pelo húmedo. Vestía un pantalón ancho y bajo y una camiseta de tirantes negra que dejaba al descubierto sus brazos contorneados y sexys. ¿Sexys? ¿Yo había dicho sexys?

A mi espalda, Chloe, desde su intercomunicador, iba cambiando el color de las luces y probando todo tipo de iluminación. Mientras, Dylan empezaba a tocar la guitarra con un acorde precioso, yo no podía dejar de mirarlo. Tocaba muy concentrado, como si no hubiera nadie ahí, y por una vez veía a Dylan vulnerable, no como el chulo y bromista que había conocido hasta ahora. Se le veía frágil y eso removió algo dentro de mí, sin querer saber que es lo que se removía en mí, me concentré en la melodía que tocaba.

Hipnotizada por sus manos en las cuerdas no me di cuenta de que Chloe avanzó por el escenario hasta llegar a Jordan, quien la abrazó y besó en el mismo escenario. Vaya con Chloe, pensé para mí. Y en ese momento Dylan terminaba su canción con la guitarra, y durante ese tiempo nadie le había prestado atención, ya que Jordan tenía las manos en Chloe y Augustus estaba ajustando algunos pies de micrófono.

Me parecía increíble que no hubieran sido testigos de ese momento, yo aún tenía los bellos de punta. Me dirigí hacia él casi cegada por la iluminación y le toqué el hombro, se giró y me sonrió, sin duda ya había merecido la pena venir a París. No por la ciudad, ni por los conciertos y ni siquiera por el mero hecho de explorar una nueva ciudad. En ese momento comprendí que aunque me hubiera dicho de viajar a la peor ciudad, le hubiera dicho que sí, sin reservas, porque esa sonrisa que me estaba dedicando agrietó mi corazón, un órgano que sin duda estaba ganando paso a paso.

Te puedes quedar [Resubido, sin terminar]Where stories live. Discover now