Capítulo 31

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Esta vez no hizo falta que nadie, ni siquiera Chloe, me indicara el camino hasta el backstage del gran palacio de la música donde Dylan, Jordan y Augustus tenían el concierto.

Para cuando llegué a la sala, Emma ya estaba allí, así que me acerqué a ella y la saludé con un par de besos.

–¡Hola! –la sonrisa cálida de Emma me recordaba a la de una de mis amigas de la infancia.

–¿Qué tal estáis? –le dije acariciándole la tripita ya muy hinchada.

–¡La verdad es que con unos ardores! –me dijo abanicándose la cara con la mano–. Este último trimestre va a poder conmigo la verdad.

–¿Es tan malo? –le dije con curiosidad, pues apenas sabía nada de los embarazos, ni falta que me hacía.

–La verdad es que es más las molestias típicas del tamaño de mi tripa –dijo mientras se acariciaba el vientre suavemente–, ya casi no me veo los pies y sentarme o levantarme es toda una misión imposible.

–Eso lo entiendo, pero también la sensación de estar gestando a tu bebé tiene que ser una sensación fascinante, ¿no?

Seguro que a Emma y a Augustus se les caía la baba cuando su pequeño vástago le daba pataditas.

–Pues sí, ¡para qué te voy a engañar! Es una sensación que no tiene precio.

Apenas puedo imaginarme quedarme embarazada, no creo que el sentimiento maternal estuviera en mi interior. Aún así, debe de ser toda una experiencia, que no me veía muy tentada de experimentar por mí misma.

–¿Te he enseñado su carita? –me dijo ilusionada.

–No.

–Acércame mi bolso, que tengo unas ecografías en 3D de mi última cita médica.

Con cuidado le di su pequeño bolso Louis Vuitton, mientras se oía el lejano sonido de los ensayos de la banda.

–Mira, ahí está Markus.

La verdad es que era todo un invento eso del 3D, el pequeño bebé se retorcía ante la cámara que lo grababa, y en su pequeña boca metía uno de sus dedos.

–¡Es precioso Emma! –y vi como sus ojos se entornaban de dicha.

–¿Quién es precioso? –dijo Chloe asomando la cabeza por el quicio de la puerta.

–¡Mira Chloe!

Dejé que tuvieran un momento para ellas solas, ya que se conocían de más tiempo y no quería molestar. Pero se podría decir que ya me sentía muy integrada con ellas, al igual que con el resto de la banda.

–Va a ser un niño guapísimo –vi a Chloe abrazarla, y sentí que por muy integrada que pensara yo que estaba, nada podría superar la amistad que ellas habían forjado–. Por cierto Ysolde, Jordan quería que te acercaras al escenario.

–¡Ah, vale!

Las dejé solas y recorrí el estrecho pasillo que separaba la sala del backstage del lugar del concierto y me crucé con un par de personas del staff a quienes saludé.

–¡Ysolde!

Jordan me llamaba desde el centro del escenario, le saludé con la mano mientras avanzaba hasta él. En realidad, estar en un escenario era bárbaro, había mucha luz y era algo que me imponía bastante. No se me pasó que era el sólo el que estaba en el escenario. Creía que tenían el ensayo.

–¿Qué tal estás? –me dijo Jordan abrazándome con calidez. Aún me sorprendía la cercanía de Jordan, el hermano pequeño de Dylan.

–Muy bien, ¿y tú?

Te puedes quedar [Resubido, sin terminar]Where stories live. Discover now