Capítulo 4

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Despacio y a trompicones, conseguí meterlo en el ascensor del edificio, y mientras, pedía a los dioses que no hubiera nadie despierto a aquellas horas.

Mientras subíamos plantas, parecía que comenzaba a relajarse, pero le subían las pulsaciones y volvía a costarle respirar. Dioses, no dejéis que se me muera encima.

Habíamos llegado a la sexta planta, y las puertas nos dieron acceso al pasillo. Mi hogar estaba al final, e intentando no hacer mucho ruido le dije al oído "aguanta un poco más, ya casi estamos".

- ¿Pasa algo Ysolde? -dijo alguien.

Me giré lentamente sujetando a Dylan, y vi a Charlie, uno de los vecinos, apoyado en el dintel de la puerta, sólo con unos pantalones cortos caídos sobre las caderas.

Cuando me mudé al edificio, Charlie fue el primero que me dio la bienvenida. Tenía el pelo revuelto, lo que me hizo saber que no había hecho tan poco ruido como pensaba.

-No, no pasa nada -me apresuré a decir-, solo un amigo que se siente mal.

- ¿Qué le pasa? -dijo acercándose un par de pasos, viendo que Dylan pesaba mucho para mí.

-Creo que ha mezclado, y le ha sentado mal.

- ¿Quieres que te ayude? -dijo acercándose más.

-No, no -y conseguí evitar su avance- estoy ya en casa, ¿ves? -dije cuando ya había logrado meter la llave en la cerradura. Me despedí de él con un movimiento de mi mano libre.

-Si necesitas ayuda, ya sabes dónde estoy -me dijo con una mirada de desconfianza hacia Dylan, y entró en su apartamento.

Una vez dentro de casa, me acerqué al sillón y lo dejé descansar ahí mientras pensaba qué hacer.

Si no llamaba a urgencias podría morir en mi casa, volví a mirarle, le costaba respirar. Fui hacia el baño, y en el armarito de los medicamentos rebusqué entre cajas y botecitos, hasta que di con un tarro de Notontin*, que era de Haley. Cogí una y la partí por la mitad, y otra vez, hasta conseguir un cuarto de pastilla. Se la di a tomar con un poco de agua, y esperé a que su respiración se normalizara.

Volví a colgármelo de los hombros y lo llevé a mi habitación, justo cuando oí que sonaba mi móvil. Pero lo primero era lo primero. Levanté las sábanas y lo senté allí. Con la mirada perdida me miró, y le ordené que se acostara. Ya más calmado, se aovilló sobre el colchón, y lo tapé con las mantas.

Tenía a Dylan Hoyt entre mis sábanas, y lo último que me apetecía era compartir cama con él.

Rescaté mi teléfono mientras me tumbaba en el sofá, revisé los mensajes de entrada y una asustada Haley -tras la redada en el pub-, me exigía información sobre mi estado. Tras tranquilizarla y comunicarle que ya me encontraba en casa, me dijo que pasaría la noche fuera, con Ricardo, un chico que había conocido esa noche. Le deseé suerte y le pedí que tuviera cuidado.

Apoyé la cabeza en un cojín mullido, y me quedé dormida, sabiendo que tenía a Dylan Hoyt, batería de los Go! Planet, en mi cama.

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Notontin*: medicamento inventado. Si alguna vez estáis en la misma situación que Ysolde no mediqueis a nadie con nada, llamad a URGENCIAS.

Te puedes quedar [Resubido, sin terminar]Where stories live. Discover now