Capítulo 4

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Después de hablar con mi madre, subí a mi habitación. Eran las 9:55 de la noche y por culpa de mi drama no había hecho ninguno de los deberes escolares. Eran pocos pero no quería dejarlos para después.

Me puse mi pantalón de pijama y un hoddie que le robé a Kian hace tiempo. Busque los apuntes que necesitaría y me senté en mi escritorio.

Desconecté mi teléfono que había estado cargando desde hace horas, me sorprendí al ver siete llamadas perdidas y diez mensajes del mismo remitente; Kian.

¿Estás despierto?

Le escribí. No pasó ni un minuto cuando me llegó su respuesta.

Sí. ¿Puedo llamarte?

Me paré a buscar mis auriculares.

Espera un momento, conectaré mis auriculares.

Después de tenerlos conectados a Bluetooth, peine un poco mis greñas para luego ponerlos sobre mi cabeza. Llamé a Kian por FaceTime y al instante contestó.

—Hola —Sonreí al verlo con el pelo despeinado, se veía sexy

Hola. ¿Estás bien?

Asentí sonriendo aún. —Siento mucho el haberte preocupado, solo quería estar un momento a solas, no quería hablar con nadie...

¿Pasó algo de camino a casa?

— No, no. No pasó nada. Fue un pequeño bajón emocional, no te preocupes.

¿Segura? Asentí y traté de acomodar mi celular en un lado para ir haciendo los deberes mientras hablaba con él. — Amor, soy tu novio, puedes confiar en mi ¿ok?

Ahí esta de nuevo.

— Te estoy diciendo la verdad, lo digo en serio.

Un nuevo día se asoma en Queens, New York. Hoy me desperté más temprano de lo acostumbrado, apenas son las 5:48 de la mañana.

Aunque me estaba cayendo del sueño, no podía seguir durmiendo, me quedé hasta tarde haciendo los deberes pero más que nada, hablando con Kian.

Después de haber estado como por media hora mirando el techo de mi habitación, me levanté y me preparé para el día de hoy.

— Aaliyah ya es.... ¿Qué haces despierta?

¿En serio, mamá?

—No podía seguir durmiendo —terminé de peinarme y tome mi mochila —Buenos días — dejé un beso en su mejilla y baje las escaleras.

—¿Ya se despertó? —pregunta mi padre de espaldas a la entrada de la cocina. Pensaba que era mamá.

—Buen día, papá —se asusta y se voltea. Frunce el ceño inmediatamente me ve.

— Papá... ¿Aaliyah? ¿Qué haces despierta? — ese fue Alexander

Rodé los ojos y me senté en mi sitio de siempre, esperando por el desayuno. ¿Por qué se sorprenden? No soy tan holgazán ¿o si?

— ¡Ya dejen de mirarme así! — me crucé de brazos. El gemelo que faltaba entró en la cocina y me miró igual como lo hizo su hermano. — No digas nada — le dije cuando vi sus intenciones de hablar.

En todo el desayuno, no dejaron de mirarme como si me hubiera crecido otra cabeza.

— Cariño, antes de que se vayan... —me detiene mi madre.

—¿Si? ¿Qué pasa?

—¿Hablaste con Kian? —suspiro sin poder ocultar mi mentira —Aaliyah...

— Quiero hablar con él en persona, mamá...

— Pero lo harás ¿está bien?

— Sí, mamá — mentí otra vez

Cuando llegamos al colegio, Kian volvió y me preguntó si todo estaba bien, y yo volví y le mentí diciéndole que todo estaba perfectamente bien.

Y era todo lo contrario.

••

Kian Russell en multimedia

¿Noviazgo o Amistad? [#1]Where stories live. Discover now