Capítulo 19

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Parte I

El fin de semana había llegado y con el, el paseo a la ciudad de New York.

Era viernes, el reloj marcaba las cuatro y cuarenta de la tarde, iba en el auto de camino a la casa de los Russell. Tenia que ir allá, puesto que los padres de Gabe, el chico de Kathia, querían saber quiénes irían al paseo y estarían a cargo de su hijo.

Nos iremos temprano en la mañana. El concierto es en la noche, lo más probable es que acabe tarde; por lo que nos quedaremos en un hotel, y vendríamos regresando el domingo.

A pesar de ser un camino corto - una hora como máximo -. Decidimos que era mejor quedarnos y no manejar a media noche.

Kian sería quien nos llevaría - lamentablemente el caso -. Yo me ofrecí a manejar pero Kathia quería que su hermano fuera, además eran cuatro boletas, nosotros eramos tres y ni modo, Kian tuvo que ser su última opción.

Y sé que ella lo hizo con la intención de que su hermano regrese conmigo, pero todos sabemos que eso no pasara.

Llegué a la casa de los Russell, apagué el auto y tomando mi celular salí.

Ya en la puerta toqué el timbre y al segundo Katherine me abrió.

- ¡Aaliyah! Que alegría verte, cariño - dice alegre para luego abrazarme

- ¿Cómo estás, Katherine?

- Muy bien cariño, pasa

Una vez dentro de la casa, en la sala se encontraba una mujer con unos seis o siete meses de embarazo.

- Ana, ella es Aaliyah, irá con los chicos al concierto. Aaliyah, ella es la mamá de Gabe.

- Hola. Mucho gusto, Aaliyah Sanders - me acerque y la ayude a levantarse. Luego la salude de beso en la mejilla.

- Encantada de conocerte, Ana Mendes

- ¡Aaliyah! - la pequeña de los Russell sale corriendo de la cocina, detrás de ella venia un chico alto, cabello castaño y unos tremendos ojos verdes.

- Hola - la abracé - ¿Me extrañabas?

- Si. Después de lo que pasó, te olvidaste de mi - se separó y me miró mal

- Prometo venir más seguido

- ¿Pinky promise?

- Pinky promise - le Sonreí

- Gabe, Aaliyah. Aaliyah, Gabe - nos presenta Kathia.

El chico se acercó con timidez. - Hola, soy Gabriel pero me puedes decir Gabe

- Mucho gusto, Gabe. He escuchado muchas cosas sobre ti - sentí un fuerte pellizco en mi brazo.

- Mamá... Has visto mi... Mierda

Cerré los ojos con fuerza, creí que el no estaba aquí. Su auto no estaba afuera. ¡Joder!

En las escaleras estaba un Kian vestido con ropa deportiva, llevaba unos pantalones de chándal grises, una franela negra que dejaba al descubierto sus fuertes brazos y unos tenis deportivos negros.

- ¿Qué estas buscando, cariño? - le dice su madre con dulzura

- Este... Mi... - sus ojos no se despegaban de mi persona y eso me ponía nerviosa

- ¿Tú qué? - volvió a preguntarle su mamá

- ¿Mi abrigo? - dice preguntándose así mismo - Si, eso. El abrigo negro que uso para entrenar

- Esta en la lavandería, si no esta ahí buscalo en tu armario

- Bien.

Responde y se da la vuelta volviendo a subir las escaleras.

- Aún lo pones nervioso - Canturrea Kathia a mi lado.

- Kathia - le dice su madre dándole una mirada de advertencia. - Volviendo al tema del viaje...

Por eso me cae bien la señora Russell.

New York a las doce del medio día era intransitable. Había personas por doquier. Íbamos de camino al hotel, y el tráfico estaba terrible. Aún así se mantenía la belleza de esta ciudad.

- Kian... Tengo hambre - se quejó Kathia desde el asiento trasero.

- Ya estamos llegando, Kathia - responde Kian un poco harto de las quejas de su hermana menor.

Desde que salimos de Queens, Kian tenia un humor de perros - o peor -. Kathia quería poner música y él apagaba la radio, quería conversar con Gabe y ella, él decía que lo hagan sin su presencia.

No entendía que mierda le pasaba. ¿Le bajó el período acaso?

- ¿Cuándo lleguemos podemos ir a la playa? - pregunta Kathia, de reojo ví como Kian rodaba los ojos.

- No.

- ¿Por qué no?

- Porque no, Kathia. Cállate por medio segundo ¿si?

- No seas grosero con ella, Kian. Ella no tiene la culpa de tu mal humor. Si ella quiere ir a la playa, esta en todo su derecho - la defendí. No entendía su maldito mal humor.

- Yo estoy a cargo de ella, tú no eres nadie para decirme que hacer ¿entendido?

- Aún así no tienes que ser grosero con ella. Yo te acompañare a la playa, Kathia

Di por terminada la conversación cuando él no respondió.

Al llegar al hotel, Kathia y Gabe decidieron tomar una siesta antes del concierto. Kian estaba sentado en el balcón de la habitación. Y yo estaba acostada en mi cama hablando con mi amiga.

La habitación era grande. Tenia dos camas, donde cabían dos personas perfectamente, un baño y un jacuzzi. La decoración era preciosa, era tipo retro pero a la vez moderna.

Kathia se encargó de decir quien dormiría con quien, aunque a Kian y a mi no nos gustó su decisión final, tuvimos que aceptar.

Ella y Gabe dormirían en una cama; con una fila almohadas en el medio -Kian se los dejó en claro: cero contacto físico entre ellos -. Por ende, la cama restante sería la que compartiría con Kian - por desgracia-.

Salimos del hotel a las seis y treinta, a pesar de ser una noche fresca, Kathia y yo coincidimos poniéndonos shorts, puesto que estaba segura de que haría calor entre tantas personas ahí dentro.

El lugar estaba repleto de personas - literalmente - de todas las edades. Habían padres acompañado a sus hijos e hijas menores de edad, adolescentes con sus respectivas parejas, personas adultas... Había más gente de la que esperaba ver.

El concierto dio inicio con un artista local, luego a las ocho y treinta minutos de la noche, Bruno Mars salió cantando Uptown funk.

Kathia estaba que no sabía donde subirse para saltar más alto, Gabe estaba igual de emocionado. Yo también lo estaba, es decir, es Bruno Mars ¿Quién no estaría emocionado en un concierto de él? ¡Oh si! Kian.

Lamentablemente su humor no había mejorado en toda la tarde y lo que va de la noche. Pero bueno, yo disfrutaré mi concierto, sin darle mente a su humor.

¿Noviazgo o Amistad? [#1]Where stories live. Discover now