Capítulo 26

3.8K 243 66
                                    

El reloj del hospital marcaba las una con cincuenta y tres minutos de la madrugada del sábado.

Lo único que sabíamos era que en efecto, Kian había tenido una sobredosis, si no hubiera reaccionado rápido, no estaría vivo.

Aprovechando que aún estaba inconsciente, los doctores están haciéndole todos los estudios necesarios para prevenir una segunda convulsión o que la primera no haya dejado daños en su organismo.

También le iban a hacer una evacuación gastrointestinal o lavado gástrico para eliminar toda sustancia tóxica que se encuentre en él.

— Hola – Sonreí cuando ví llegar a mis padres y amigos.

— ¿Alguna noticia? – pregunta mamá atrayéndome a sus brazos.

— Le están haciendo estudios y el lavado gástrico.

— ¿Cómo estas tú, mi amor? ¿Te duele mucho?

— Es lo que menos me importa en este momento, mamá – le sonreí y luego fui con mis amigos. — ¿Por qué tardaron tanto?

— La policía estuvo revisando mi casa por una hora completa... Querían asegurarse de que no había droga escondida, se llevaron a Samantha

— Que bueno.

— Lo más probable es que pase la noche en la comisaría

— Con tal de que no se aparezca aquí...

— Si Kian no regresa contigo después esto, yo misma me encargaré de darle un pase gratis a la otra vida

Reí por el comentario de mi mejor amiga. — Al menos deja que se recupere de esto ¿no? – dice la rubia

— Así se muere más fácil – sonríe malévola

— No creo que Aaliyah te deje hacer eso, digo con esa amenaza que le hizo a Samantha, hasta yo que soy hombre me alejo de él – dice Joe

— No fue una amenaza – me defendí

— Repítelo hasta que te lo creas – dicen todos al mismo tiempo. Negué sonriendo.

Unos quince minutos más tarde, una enfermera nos avisó que ya tenían una habitación y que dentro de un rato, llevarían a Kian.

Yo estaba sentada recostando mi cabeza en el hombro de mi mamá, estaba muerta del sueño y digamos que las zapatillas me estaban matando.

— Pero miren quien viene ahí, si es mi querido amigo quien se deja drogar por las chicas – bromea Ryan al ver a Kian en una silla de ruedas

— Muy gracioso

Lo entraron en la habitación y lo ayudaron a subirse en la cama. La enfermera que lo trajo, acomodó la intravenosa y luego se fue.

Los primeros en entrar fueron sus padres, ya después entramos todos sus amigos.

— Lo siento, hermano. – se disculpa Kian al ver a su amigo golpeado gracias a él.

— Me debes cien dolares por eso.

— Imbécil – recorre su mirada por toda la habitación hasta que la detiene en mi persona. — Ven aquí – me dice

Me acerco y me siento en un lado de la camilla. Su vista se encuentra en mi ojo golpeado, levanta una mano y acaricia mi mejilla.

— Lo siento mucho, debería de estar en la cárcel por esto...

— No digas eso, estabas bajo el efecto de las drogas, no sabías lo que hacías – le susurro. Dejo un beso en su mejilla y me siento en la silla que estaba al lado de la camilla.

— Tengo que dejar de ir a fiestas si voy a terminar así

— Lo que tienes que hacer es dejar de salir con chicas que tengan que drogarte para acostarse contigo – dice Alexander

— Exacto. Por eso deberías regresar con mi hermosa y sexy mejor amiga – dice Laura sonriendo – Ella no es así

— No necesito drogarlo para que se acueste conmigo – digo y me arrepiento al instante. Siento como la sangre se acumula en mis mejillas.

Las sonrisas de oreja a oreja que tienen mis amigos daba miedo.

— ¿Deberíamos salir para que tengan su momento? – pregunta Aylen mirándome pícara.

— ¿En la cama de un hospital?

— Eso lo hace más excitante – responde Laura

— Necesito salir de aquí – digo levantándome de la silla.

Aaliyah, despierta...

— Mmm...

Vamos, despierta...

¿Qué? ¿Qué pasa?

Abro los ojos y me encuentro con mi hermano, Alexis.

— Iremos a casa a cambiarnos, vamos

Restriego mis ojos con cuidado de no lastimarme el ojo enfermo. Miro a mi alrededor y me estoy cuenta que estoy en el sofá de la habitación.

— ¿Cómo llegué aquí?

Estoy segura que anoche me quede dormida en los bancos de afuera.

— Kian quería a su ángel de la guarda con él

— Cállate, Alexis – le escucho decir. Levanto la vista y está mirando hacia nosotros. — Buen día

— Buen día – respondo – ¿Cómo te sientes? – pregunto mientras me siento en sofá, ni cuenta me di cuando me quitaron zapatillas.

— Mucho mejor

Me puse las zapatillas y me paré estirándome. Toque mis bolsillos buscando mi celular.

— ¿Dónde está mi celular?

— Mamá lo tiene, anoche se lo diste para que te lo guardara...

— Oh.

— ¿La drogada eres tu ahora? – le di un golpe a mi hermano y camine hacia la ventana. Mi pelo estaba hecho un desastre.

— Aaliyah, sabes que eso es una ventana ¿verdad?

— Ajá

Volví a hacerme la coleta que tenia anoche. Gracias al cielo no me puse mucho maquillaje, sino ahora mismo parecería un mapache.

— Listo. – fui a despedirme de Kian. — Vendré en la tarde – me acerque a besar su mejilla. — Te quiero

— Yo más – me dice sonriendo.

Me doy la vuelta y en la puerta estaba Samantha.

-— ¿Qué haces aquí?

— No te importa

— No te atrevas a dar un paso más

— ¿O qué? Tus estúpidas amenazas no me dan miedo

La mano de Kian impidió que fuera hacia ella. — Samantha, vete por favor – dice Kian

— Pero...

— Por favor, evítate un problema

— Y no vuelvas por aquí, por favor y gracias – le sonrió falsamente.

— No puedo creer que la prefieras a ella.

— Pueden ponerme a la mujer más guapa del mundo en el frente y siempre voy la voy a elegir a ella.

Toma esa, perra.

¿Noviazgo o Amistad? [#1]Where stories live. Discover now