6

3K 263 10
                                    

Cerró el diario a la misma vez en la que cierra sus ojos, secó las lágrimas que recorrían por su mejilla y caminó con la mirada fija hacia el piso.

-Joel, ¿estas llorando? - preguntó Zabdiel acercándose a un Joel bastante débil.

-N...no, sólo me entro una basura en el ojo -trató de apartarlo, pero Zabdiel lo agarró del brazo, atrayéndolo a el.

-Te conozco perfectamente y sé que no estás bien. ¿Pasa algo?

-No puedo decirle a nadie.

-Soy uno de tus mejores amigos, puedes decirme. Jamás haría algo que te ofendiera como persona.

-Lo sé, pero... ¿y si los demás se enteran?

-No lo harán, cuéntame.

-Las paredes tienen oídos.

- ¿Que locuras dices? Cuéntame, a lo mejor te puedo ayudar.

- ¿Me prometes que no le vas a decir a nadie?

-Te lo prometo -el menor llevó a Zabdiel a su habitación y cerró la puerta con seguro.

-Me gusta un hombre- dijo tan bajo que Zabdiel no pudo entender muy bien lo que trataba de decir.

-No te entendí, ¿podrías repetir lo que dijiste?

-Me gusta Erick -volvió a susurrar, pero esta vez no tan bajo.

- ¿Estás seguro de lo que dices?

-Completamente- sollozó fuertemente, tan fuerte que pudo llegar a los oídos de los demás chicos.

- ¿Está todo bien ahí? - pregunta Erick, al otro lado de la puerta.

-Todo bien, solo...-se detuvo a mirar el rostro de Joel, sus ojos estaban rojos, estaba sentado en la cama abrazando sus piernas con la cara metida entre ellas, no estaba bien- solo estamos hablando.

- ¿Me tengo que preocupar?

-No, Erick, anda a tu habitación.

-Está bien, me avisan si algo, ¿listo?

-Claro que sí, anda.

Zabdiel se aseguró de que Erick ya se estaba yendo y que no volvería, continúo hablando con Joel.

- ¿Eres homosexual? -preguntó Zabdiel en un susurro.

-No, jamás me gustaron los hombres, siempre me gustaron las mujeres, pero tuve con Erick una conexión mágica, una conexión que transformó todo. Siempre creí que era un capricho lo que sentía por Erick, pero luego confirmé que era algo más. Traté de eliminar ese pensamiento miles de veces, pero era imposible, no puedo negar lo que siento, no cuando va creciendo este sentimiento.

- ¿Te gustaba desde "La Banda"?

-No, fue después de quedar seleccionados. Fue a principios de este año que empecé a darme cuenta de que no veía a Erick de la misma forma en la que veía a los chicos, pero seguí insistiendo que es solo amistad. Hace 2 meses me di por vencido y acepté que realmente me gusta.

- ¿Has hablado con el sobre esto?

-Jamás lo haría. El solo se enteró que yo era bisexual, pero no supo nada más -suspiró aliviado.

- ¿Porque no le dices?

- ¡Basta de preguntas, Zabdiel! Necesito un jodido consejo, ¿es posible?

-No sé mucho de estos temas, pero lo que si se es que deberías decirle lo que sientes.

-No es fácil -volvió a sollozar fuertemente.

-Trata de calmarte... si tu destino es estar con él, el destino se encargará de unirlos a los dos, aunque parezca imposible. No dejes de querer a alguien por miedo a lo que dirán las personas, ¡nunca! - Joel respiró profundo para intentar calmarse.

-No le digas a nadie, por favor -limpió sus lágrimas.

-No lo haré. Descansa, me tengo que ir -abrió la puerta.

-Espera -Joel corrió en dirección hacia Zabdiel y le dio un fuerte abrazo cálido- Gracias por todo, enserio. Te quiero mucho- susurró en su cuello.

-Yo también, adiós -se soltaron del agarre y Zabdiel salió de la habitación chocándose con Erick. 

- ¿Qué haces aquí? -susurró para que Joel no lo escuchara.

-Escuché que estaba llorando, ¿está bien?

-Sí, algo así. ¿Espiaste nuestra conversación?

-No logré escuchar bien, lo único que escuché fue un "no le digas a nadie".

-Nadie puede saber lo que tiene Joel.

- ¿Porque te lo conto a ti y a mí no?

-Porque yo no fui el amigo que leyó su diario, yo le demostré confianza.

-Sé que estuve mal, pero estoy arrepentido.

-Me alegra que lo estés, ahora me tengo que ir y por favor, piensa muy bien lo que vas a hacer. Se todo sobre el reto y no quiero que sufra más. Lo que le pasa no tiene nada que ver contigo, pero por favor, no quiero que tú seas el próximo causante de sus lágrimas.

-Trataré de no hacerlo sufrir, no quiero hacerlo sufrir.

-Confío en ti.

-Está bien -bajó su mirada.

-Chao, Erick.

-Bye, hasta mañana.

Zabdiel se dirigió a su habitación a tratar de dormir, pero no lograba borrar la imagen de su mejor amigo llorando y menos por alguien que está a punto de hacerlo sufrir. 

Erick fue a su habitación, pero no estaba tranquilo; quería confirmar que Joel estaba bien. Fue a la habitación del mayor y abrió la puerta sigilosamente sin que el otro lo notara; quería saber lo que sentía. A penas pudo confirmar que Joel no estaba llorando, salió de esa habitación y se dirigió a la de él, a tratar de dormir nuevamente.

Por otro lado, Joel no podía dormir, el insomnio que sentía era tan inmenso que traía consigo una imagen de un ojiverde que lo volvía jodidamente loco.

Our Damn Mistake || Joerick ||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora