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Febrero 24 - 7:00 p.m.

Erick salió de esa habitación roto en llanto, no era su intención mentirle, pero tenía una sexualidad que ocultar. Fue a la recepción, en busca de Alicia, quería que se fuera, y así poder quedarse solo y analizar las cosas.

-Alicia, ¿te acompaño a la puerta? -pregunta el ojiverde interrumpiendo la hermosa charla de Christopher y Zabdiel con la muchacha.

-Aún no me voy, ellos son agradables.

-Mejor vete, nos ocuparemos -dijo encaminándose a la salida, llevándola.

- ¿Estuviste llorando? -señala sus ojos.

-N...no, sólo me cayó basura en el ojo, es todo.

-Sabes que no es así, lloraste -afirma pasando un dedo por su mejilla, limpiando una lágrima-. Chao, Erick... fue un gusto. Disfruté mucho este corto tiempo de ser tu "novia".

-Lo hiciste muy bien, ahora necesito que te vayas.

-Cuídate -empezó a caminar.

-Espera -la detuvo-, ¿qué hablaste con ellos?

-Nada importante -sonrió-, hablamos sobre mí y de "nuestra historia".

-Gracias -susurró, ella se dirigió a su casa.

Erick entró al hotel, el de tez blanca y el rizado lo observaron con sospecha.

- ¿Que? No me miren así -levantó las manos en señal de ser inocente.

- ¿Por qué nos has mentido?

- ¿Mentir?

-Te escuchamos, Erick. No es tu novia.

- Lo es.

-¿Por qué estás mintiendo últimamente? ¿Es por Joel? ¿Quieres que él piense que tienes novia sólo para que sufra más? -cuestionó Christopher alzando ligeramente la voz.

-N-no...

-Mira, no te digo nada sólo porque veo que no estás bien -habló Zabdiel impidiendo que Chris hablara-. ¿Qué tienes?

-Hablé con el -se acercó a ellos-, le mentí, le dije que ya no lo amaba. Se acabó todo, ahora me odia -sollozó.

-Oh, chamaquito -Christopher lo abrazó.

-No quise herirlo, ahora me siento mal.

-Háblale, trata de arreglar las cosas.

-Es tarde, no me va a perdonar.

-Lo siento -ambos lo abrazaron.

-Sólo quiero dormir -se soltó del agarre-, descansen, yo iré a mi habitación.

-Ve, duerme bien -el menor asintió y se dirigió a su habitación.

Entró en ella y cerró la puerta con seguro, se acostó en la cama rendido, empezó a llorar. Cada sollozo que salía era una prueba de que era estúpido al no aceptar la verdad.

Se cambió de ropa y se acomodó bien en su cama para poder dormir. Era imposible, no lograba hacerlo. Cambio de posición, ubicó su cara en la almohada para poder dormir.

Pasaron minutos y él aún no se dormía. Salió de la habitación en busca de agua, siempre que el insomnio llegaba, tomaba un grande vaso de agua y eso hacía que durmiera.

Yendo a la cocina, se fijó que la habitación de Joel tenía la luz encendida. La abrio cuidadosamente sin que el mayor lo notara y cuando entró, una imagen hizo que cayera en el piso con lágrimas en los ojos:

- ¡Joel, no! -se arrodilló hacia el chico que estaba en el piso, sus muñecas estaban sangrando y el presente ahí estaba inconsciente-. ¡Joel! ¡No! ¿Por qué lo hiciste?

Observó el cuchillo que sus frágiles dedos estaban agarrando. Las heridas en su antebrazo eran profundas y Erick no se pudo controlar. Chilló fuerte.

- ¡No! -gritó desesperadamente-, ¿por qué a él? ¡Joel, escúchame, por favor! ¡Despierta! -agitó su cabeza fuertemente-. Te mentí, ¿está bien? ¡Lo de mi novia era mentira, lo de que no te amaba era mentira! ¡Por favor, despierta!

Soltó un grito fuerte, podía asegurar que todos los presentes en ese hotel lo pudieron escuchar, pero no le importaba. No le importaba, su persona favorita en el mundo estaba muriendo y que lo escucharan, era lo menos importante en ese momento.

- ¡Joel, necesito que despiertes, por favor! ¡Te amo, nunca dejé de hacerlo, eres lo mejor que pasó en mi miserable vida! ¡Lo lamento, lamento haberte causado daño, pero no me pagues así! ¡ABRE LOS OJOS DE UNA PUTA VEZ, JOEL! ¡Me estás matando lentamente, despierta!

Ahí fue cuando cayó en la realidad, no había nada que podía hacer, Joel no despertaría por gritos ni por sacudidas. Lo estaba perdiendo y debía aceptarlo. Era hora de aceptar la realidad, y la realidad era que Joel ya no vivía.

-Erick -habló Christopher-, ya no hay nada que hacer. No hay latidos, no hay pulso, murió.

- ¿Cómo puedes decirlo de esa manera? ¡Llama a la ambulancia, Chris, haz algo bueno en tu vida, así sea solo por una vez! ¡HAZLO!

Su voz temblorosa y entrecortada hacía que Chris se retorciera del dolor y se arrodillara junto a él.

-Ya es tarde para eso -afirma Renato-, la ambulancia no contesta.

Le dolía todo, pero sin duda, no habia dolor más fuerte que el saber que no podía hacer nada más que ahogarse en las lágrimas porque él ya no está.

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Lo siento, ¿okay? No me maten, yo las amo.

Es triste escribir esto escuchando: "Cóseme", cover de Karen Méndez.

Todavía no es el final, preparen los pañuelos y el clorox, ahre no.

Mary se despide, baich...

Our Damn Mistake || Joerick ||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora