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Tomó fuerzas de donde no las tenía y suspiró  pesadamente.

-De eso quería hablar contigo -soltó, le dificultaba decirlo sin que su respiración se detuviera.

-Dime, ¿qué pasa, Erick?

-No estoy bien de esta manera.

-¿Podrías explicarte? No te estoy entendiendo.

-No necesito explicarme más, eso es todo lo que tengo que decir -su mirada se detuvo en un punto fijo; las manos de Joel.

-Erick, habla más claro, por favor. Me estás matando.

-No... no puedo estar así, no puedo seguir de esta manera, no puedo seguir... contigo.

- ¿Por qué? -susurró con lágrimas en los ojos, su voz se entrecortaba.

-Me duele... Joel, te amo, pero no puedo seguir contigo.

Subió la mirada a esos hermosos ojos mieles que tanto lo volvían loco y el mayor pudo notar como los ojos del ojiverde estaban cristalizados.

- ¡Dime una puta razón! -gritó desesperado.

-No puedo estar contigo, aunque quisiera, no puedo. Cada vez que pasa esto, me hago más daño a mí y te hago más daño a ti. No puedo vivir con el hecho de que me gusta un hombre, no cuando la gente no acepta eso.

-Me dijiste que...

- ¡Mierda, lo sé! Sé perfectamente que te dije que no hay problema con eso, pero no puedo... no puedo pensar que la gente cree que es una enfermedad. No puedo hacerles creer que soy un jodido enfermo, no puedo -sollozó.

-Erick -se acercó-, lo estábamos intentando, estábamos juntos sin importar lo que la gente diga, estábamos bien... ¿cómo es que...?

-Jo, aléjate, por favor -retrocedió dos pasos-. No te acerques más a mí, soy normal... no puedo verme al espejo y escuchar en mi mente lo que la gente piensa de los homosexuales, debo seguir con mi vida... y alejarme.

- ¡Eres un maldito imbécil!

-Lo sé, sé que crees eso de mí y lo acepto... pero no puedo hacerte daño.

- ¿Hasta acá llego todo?

-Lamento que sea así.

-Mandaste todo a la mierda, ¿te das cuenta? -gritó con dificultad, los sollozos no le dejaban hablar bien-. En vez de lastimarte sólo a ti, nos lastimaste a los dos diciendo que yo era un enfermo.

-Joel, no quise decir eso, tal vez no me...

- ¡Cállate de una puta vez, Erick! Cada vez que hablas, la cagas más... no quiero volver a escucharte. ¿No es más fácil que me digas que no me amas? ¿Por qué tienes que mentirme con eso?

- ¡Joder, Joel, no te estoy mintiendo! Te amo, pero esto es difícil, no quiero vivir más en este infierno.

-Si estar conmigo es un infierno para ti, te dejo libre y me voy con la poca dignidad que me queda -salió de la habitación halando la puerta de un fuerte golpe.

Se sentía imbécil al querer a alguien como él, se sentía imbécil al entregar su jodido corazón a la persona que menos lo merecía, se sentía imbécil por mandar a la mierda a su mejor amigo por una estúpida basura; se sentía el peor ser humano posible por estar con un desalmado.

Botó a la basura las hojas en las que, días atrás, había estado escribiendo miles de poemas de amor para una persona que no sentía lo mismo. Botó lo que algún día había sido una promesa, botó su única esperanza por el amor, botó todo lo que a él le importaba; botó la imagen del ojiverde que el había estado guardando durante estos años de CNCO.

Se acostó en su cama, su rostro aún estaba adormilado, sus ojos estaban completamente rojos y el corazón aún se estaba destrozando al recordar el hermoso pasado que ambos vivieron, al recordar lo bien que se sentía siendo su mejor amigo. Maldijo el día en el que sus sentimientos cambiaron por esa persona, maldijo el día en el que se dio cuenta de lo que realmente era, maldijo conocerlo. 

Our Damn Mistake || Joerick ||Terminadaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن