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Enero 2 - 10:00 a.m.

- ¿Ya te tienes que ir? -le pregunta Paty a Joel, estaba a punto de llorar.

-Sí, mami, pero te prometo que regresare -agarró su rostro con ambas manos y besó su frente.

- ¿No te puedes quedar un día más?

-No, Renato nos citó antes para poder producir más canciones, tenemos la agenda muy ocupada.

-Te amo.

-Yo también te amo -le dió un beso en la mejilla y salió de la casa con sus maletas.

-Te estaré esperando, recuerda que esta también es tu casa. Le diré a la abuelita que te despediste.

-Mándale saludos por mí... también a Gabo, Israel y Emmanuel.

-Lo haré, buen viaje, hijo.

-Adiós -sacudió su mano y cerró la puerta.

Pidió un taxi y fue hacia el aeropuerto, su mente aun no asimilaba que iba a volver a verlo. Había esperado tanto ese día, que sus piernas empezaban a temblar del temor.

Apenas llegó al aeropuerto, mostró todos los papeles y se sentó a esperar el anuncio para abordar. Avisaron y Joel se dispuso a abordar el avión.

Se sentó en su correspondido asiento y empezó a mirar la vista mientras el avión despegaba. Dieron el anuncio para que todos los pasajeros se abrocharan los cinturones y el avión despegó.

Joel cayó en un profundo sueño.

Cuando despertó, ya estaban aterrizando, no se demoró en sacar todas sus cosas y salir del avión con destino a donde estaba Renato.

- ¡Hey, Joel! -grita Christopher al verlo acercarse.

- ¡Chris! -corrió a abrazarlo-. ¿Quién más ha llegado?

-Nadie más... Zabdiel me dijo que ya venía en camino, Richard no lo sé y Erick tampoco -suspiró.

- ¿Renato?

-Está en el baño, dijo que no se demoraba.

-Oh, está bien... ¿por qué llegaste tan temprano?

-No lo sé, ya me hacían falta... creo.

-Me iré a sentar un rato, tengo sueño.

Joel se sentó en el sillón a dormir varios minutos más, Christopher sólo se dedicó a esperarlo, realmente estaba ansioso de verlo.

- ¡Te extrañé! -gritó Zabdiel entrando en la habitación dirigiéndose al de flequillo, Joel despertó.

-Sh, despiertas a Joel -posó un dedo en su labio inferior y se acercó dulcemente para darle un suave beso.

-Ya lo estoy, gracias por despertarme -los dos chicos se despegaron rápidamente-. No voy a decir nada, si eso es lo que les preocupa.

Se acostó de nuevo en el mueble, y tapó sus ojos con su brazo, realmente estaba cansado. Seguía acostado escuchando un sonido húmedo, oía como las salivas de ambos chicos se despegaban.

Juraba que ya se había quedado dormido, pero no era así, Joel seguía despierto, sin poder dormir. Entre todas las voces, escucho una voz angelical; la voz de un cubano que tanto lo enloquecía. Se despertó de un salto y todos lo miraron con el ceño fruncido; esto era vergonzoso. Buscó el rostro de Erick con la mirada, estaba desesperado, no quería que fuera un sueño. En un momento, sus ojos cruzaron con los de un ojiverde, reconoció su rostro al instante y corrió a abrazarlo; quería besarlo, pero sabía perfectamente que no podía hacerlo frente a todos.

Erick correspondió a su abrazo con una grande sonrisa en su rostro; lo había extrañado.

-Te extrañé -susurra Erick en el oído de Joel, el ojimiel sólo asiente.

Richard aclaró su voz, dando a entender que también había llegado él. Erick se separó del agarre de Joel dándole paso para que el otro abrazara al moreno.

-Creo que hay alguien a quien no has saludado. ¿A mí no me extrañas, Joel?

-Obvio que sí, Zabdiel -fue corriendo a abrazar al rizado.

-Creo que tienes que contarme algo -susurró en su oído.

-Oh, verdad... vamos, te cuento en otro lado.

Joel dirigió a Zabdiel a un lugar alejado del patio, donde nadie los pudiera escuchar. Se apresuró a contarle todo a su amigo, el otro sólo abrió la boca, sorprendido por lo que el menor le había contado. 

Our Damn Mistake || Joerick ||TerminadaWhere stories live. Discover now