-III-

43 5 2
                                    

Bienvenida (o) precious una vez más a la lectura de Amor Efímero: 

Bienvenida (o) precious una vez más a la lectura de Amor Efímero: 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

III- Capítulo Tres-Nervios

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

III- Capítulo Tres-Nervios

Canción: Gracias a Ti-Wisin & Yandel

Estaba nerviosa, mi pecho latía con toda velocidad, caminaba de un lado al otro en la sala de mi apartamento, quedé con Matteo para hacer el trabajo de Inglés, después de que me encontré con él de nuevo en la universidad, pensé que todo sería distinto, por un momento imaginé que no me sentiría nerviosa, pero me equivoqué, porque a su lado mi mente se quedaba completamente en blanco.

-Buenos días Lucía- Pronunció Matteo apenas me vio, una vez abierta la puerta. – ¿Qué tal estás? Disculpa por haber venido tan tarde.- Susurró nervioso, todavía afuera de mi apartamento.

-Hola... Entra, estás en tu casa. –Dije nerviosa, mordiendo mi labio inferior, traté de no mirarle a la cara directamente, porque si no me daría un paro al corazón allí mismo.

-Iré a buscar mis libros, ya vuelvo. –Dije caminando con rapidez a mi habitación, una vez adentro cerré con cerrojo, suspiré y me detuve a sentir como mi pecho se contraía, no sabía que me estaba pasando. Pasaron exactamente doce minutos, él seguro estaba aburrido, pero yo no podía calmar mi nerviosismo, por más que dejaba de manejarme mentalmente, no podía. Cuando por fin tomé los libros necesarios, salí después de mirarme al espejo y decirme a mi misma que todo marcharía bien.

-Esto aquí de nuevo. –Dije con la voz fuerte, me miró a los ojos y pude sentir mi cuerpo electrizarse con solo su mirada, todos mis huesos tensarse, me senté a un lado de él, al principio pensé que sería difícil mantener contacto con él, obvie mis pensamientos de miedo y me interesé en lo que debíamos hacer.

-Tú y yo... ¿Nos conocemos?- Preguntó con la voz débil, mirándome expectante, directamente a los ojos. –Es decir... Antes no nos hemos visto. – Mencionó con una risita nerviosa en sus labios.

-Sí... Eso creo- Dije asintiendo con nerviosismo, porque el detalle no era que nos hubiésemos topado en algunos lugares, la peculiaridad era que desde que sabía que estaba a mí alrededor, me volví loca.

Recuerdo cuando nos vimos por primera vez en aquel patio, él me miró, cuando nuestras miradas se encontraron todo mi interior se desvaneció, me provocó nervios, mi mundo se revolvió, casi estaba a punto de hacerse añicos. Seguimos haciendo el trabajo de inglés, cuando terminamos preparé algo para comer, comimos hablando de trivialidades, no podía negar que el ambiente era totalmente silencioso por minutos, estábamos tímidos.

Por alguna razón, sabía que tenía que estar en mi vida, por algo me lo encontré en mi patio, luego me lo encontré en mi misma universidad y después por una extraña razón estábamos viviendo en el mismo vecindario. No podía mentir a nadie, me encantaba su físico tan escultural, no voy a decir que era un Dios griego, porque no alcanzaba ese nivel, más bien lo superaba... era todo lo que siempre necesité, claro que no podía hacerme ilusiones.

Estaba deseosa de su boca, sus rosados, perfectamente delineados y apetecibles labios, juraría que no sabía de dónde salía ese deseo carnal, no momentáneo. Nuestras miradas estaban sostenidas en un mismo punto, él la tenía directamente en mis ojos, bajó lentamente hacía mi nariz, luego a mis labios, tenía su respiración cerca de mí, lo que me proporcionaba más nerviosismo. Como nada es perfecto, los momentos más fugaces y mágicos, siempre son interrumpidos, sonó su celular interrumpiendo el momento, me miró con pena.

-Disculpa- Dijo apartándose del pequeño espacio que nos separaba.

-Tranquilo, iré recogiendo las cosas- Susurré con timidez. En ese momento, ni lo miré, no podría sostenerle la mirada. Solamente asintió y se marchó de la sala con su teléfono en el oído, me quedé estupefacta mirando mi cuaderno.

-Discúlpame... Creo que mi madre necesita que vaya a verla. -Dijo al cabo de un rato con nervios, asentí. Caminamos con lentitud hacia la puerta que daba a la salida de la calle, solamente me limité a verlo, me traté de mostrar lo más reservada posible y observé verlo marcharse.

Se había ido, no podía ni siquiera dejar de pensar en el momento, fue significativo para mi, de pronto a mi mente vino el recuerdo de cuando conocí a un niño en el patio de la mansión ¿Era él? Me pregunté mentalmente recostada embobada en el mueble de mi apartamento solitario.

Tras muchas horas pensativa, me quedé dormida. Cuando desperté de mi inesperada siesta, mi estomago gruñó y tuve que levantarme a preparar algo para comer, más bien cenar.

Eran las diez de la noche, estaba cenando cuando recibí un mensaje de Matteo, sonreí nerviosa. -Buenas noches Lucía... -Matteo. -10:21pm.

-Hola Matteo- Mandé. Sin darme cuenta dejé de mirar el televisor, solamente para concentrarme en esperar ansiosa una respuesta de Matteo.

-Disculpa si te molesté. ¿Estabas dormida?- Recibí. No pude evitar teclear con rapidez, sin embargo antes de pulsar el botón de enviar, me contuve unos segundos.

-No, para nada. Más bien estoy cenando... ¿Qué haces?- Para: Matteo. 10:28 pm.

-No tenía nada que hacer, así que te envíe un mensaje. ¿Qué cenas?- Recibí un nuevo mensaje de él, mientras que lavaba los trastes, tenía todo el apartamento hecho un desastre, cuando él vino esa mañana a casa, le ofrecí un café, comimos palomitas, tomamos jugo y después cuando se fue, me quedé en una burbuja personal, no hice más que pensar cosas sin sentido y dormir.

-En realidad estoy almorzando-cenando. Me quedé dormida. –Mandé en medio de un bostezo.

-Bueno, estoy soñoliento. Nos vemos mañana. Ten dulce sueño, si es que vuelves a dormir... -Recibí para quedarme sonriendo como una niña con juguete nuevo.

-¡Buenas noches! Descansa. –Mandé por última vez esa noche. Desde ese momento supe que ya nada sería igual, estaba forjándose en mi interior un sentimiento que sabía que no podría manifestar jamás.

... Así me puedes conocer más: 

 Así me puedes conocer más: 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Amor Efímero-2-Where stories live. Discover now