-XVIII-

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XVIII-Dieciocho- Error desenfrenado

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XVIII-Dieciocho- Error desenfrenado.

Canción: Volví a Nacer-Carlos Vives

Caminaba con mis maletas, según Matteo mi equipaje era mucho, tan solo era una maleta con todo lo necesario: trajes de baño, ropa de abrigo, ropa de verano, zapatos, sandalias, cremas, juegos de mesa, maquillaje, ropa interior, toallas, una cobija, un peluche, cremas para el cabello (las que eran en total tres, venían en jarras de un litro), en conclusión era todo necesario.

-No te burles, no es justo que se me haya roto la maleta, tan solo tu trajiste seguramente un solo interior, una bermuda y una pijama, ni trajiste cepillo dental, ni desodorante- Dije sacando la lengua como señal de burla, rodee los ojos al cielo, se acercó, me dio un beso casto y comenzó a ayudarme a recoger.

Cuando terminamos de meter en una maleta que me prestó, mi ahora suegra, la señora Collins, nos dirigimos en el auto al campo, era un total de doce horas de viaje, llevé entretenimiento para el camino: varios discos de música electrónica, el libro de "Bajo la misma estrella", mi teléfono cargado para escuchar mi lista de reproducción junto con mis auriculares y golosinas para nunca parar y llevar la barriga llena.

Cuando estaba casi dormida en mi asiento del auto, se explotó el caucho del auto, Matteo se llevó las manos a la cabeza con angustia, soltó un sinfín de maldiciones, salió del auto y revisó el maletín, por suerte su padre había dejado un caucho de repuesto para accidentes, lo cambió en unos minutos.

-Todo esto es tú culpa, niña mimada. Por traerte cosas innecesarias-Exclamó bufando.

-No vengas tú, no me hubieses invitado.-Dije con enojo.

-No hubieses venido.-Dijo. Lo dejé hablando solo, me coloqué los auriculares y escuche música.

Cuando estaba dormida finalmente, escucho que el motor del auto es apagado, entonces me levanto rápido de mi asiento. 

-Necesitamos parar, tengo mucha hambre.-Dijo Matteo con gesto gruñón, no pude evitar verle el lado tierno, se veía hermoso arrugando su nariz. 

-Cariño, en la maleta tenemos un sinfín de comida.-Dije sonriendo amablemente.

-Pues, mientras dormías me la he comido toda.-Dijo con una risita malvada. Caminó dejándome sola en el auto, abrí la puerta haciendo que la alarma sonará, todo el mundo se nos quedo mirando, entramos en un bufete, allí comimos, tras tener la barriga llena, volvimos a retomar nuestro camino, escuchamos música movida, hasta que por fin llegamos. Matteo, estacionó el auto en una casa pequeña, bastante antigua, tenía un diseño romano, dimos varios golpes a la puerta, una anciana morena, ojos verdosos nos saludó con extrema emoción, me envolvió en un caluroso abrazo y beso ambas mejillas, mías.

Luego de arreglarnos en la casa. Cuando me explicaron donde dormiría, quedé impactada, era un pequeño hogar, humilde, a pesar de pertenecer a la clase más baja, tenían un ordenado y hermoso hogar. Almorzamos un gran almuerzo, preparado por la abuela, en la tarde pase con ella, conversando, viendo fotos, nos arreglamos las uñas, el cabello y tomamos café; Matteo regresó con un par de amiguitas, que no me manifestaron nada de confianza

Amor Efímero-2-Onde histórias criam vida. Descubra agora