-XVII-

20 4 2
                                    

XVII-Diecisiete - Enredados II

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

XVII-Diecisiete - Enredados II

Canción: Como Yo -San Luis. Silvestre Dangond

Matteo se mostraba rabioso, celoso, fuera de sus actitudes normales. Me miraba con enojo, por el contrario me manifesté seria y rígida.

-Solo un amigo.-Dije para luego aclarar mi garganta. -¿Por qué te lo tomas tan mal? ¿Celoso?-Pregunté riendo para mis adentros, mirándole atentamente para descubrir su manera de ver la situación.

-No estoy celoso. Solamente que... -Dijo sin terminar la oración, sus palabras quedaron en el aire, se quedo pensando en que decir. –me molesta verte con otros chicos.-Dijo mordiéndose el labio inferior, mostrándose inquieto, tímido.

-Te vas a tener que quedar celoso. Porque estoy pensando tener una relación más intima con ese chico. –Dije. Él se enojó muchísimo más con mi última oración. Me retiré de su casa, dejando las palabras al aire, el ambiente tenso, dejándolo enojado y solo; al entrar en casa de mis padres, lo miré por la ventana, me reí de la situación, porque sinceramente era tonta.

En mi teléfono, recibí dos Whatsapp:

Lola-Lolita. –Hola ¿Qué tal? Por aquí estoy disfrutando bastante, muchos chicos guapos. Espero volver virgen.

Matteo-Discúlpame, cielo. Estoy muy confundido contigo.-

Respondo a ambos:

Para- Lola-Lolita. –Querida L. Aquí con un hermoso chico, con el que dormí. Te llamo, luego. No es Matteo. -.-

Para-Matteo- Eso dices siempre, Matteo. Decídete, ordena tus ideas, cuando estés claro, hablamos.

De- Lola-Lolita. Mucho cuidado, Lucía. A ti, se van los cables. No quiero sobrinos todavía.

Para-Matteo–Necesito que vengas rápido. Mi madre está muy cansada, dice que no siente contracciones, pero yo creo que está a punto de nacer el bebé.

De inmediato, me calcé mis zapatillas, me puse un abrigo por encima, Tomé mi celular, saliendo a toda prisa, llegué a la casa de Matteo, toqué el timbre, él me abrió palidezco. En silencio, caminamos a la habitación de la señora Collins.

Antes de entrar en la habitación, mi novio me detuvo con uno de sus brazos, me miro a los ojos, con sinceridad dijo:

-Discúlpame. Necesitaba que vinieras, ella te necesitaba. Tiene la tensión alta, hemos insistido en llevarla al hospital, pero no quiere, ayúdame a convencerla, no quiero perder al bebé, tengo miedo.-Su rostro mostró preocupación. -De hecho vine nada más por eso, me costó pedir permiso pero lo logré, estoy aquí por ella. -Reconoció.

Caminamos por las escaleras, observe rápidamente unas imágenes familiares, a lo largo del pasillo, llegamos a unas puertas de madera, él entro suspirando, ella me miro y sonrió a medias, observe su rostro pálido y dolorido.

Amor Efímero-2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora