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XXV-Veinticinco- No te vayas

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XXV-Veinticinco- No te vayas.

Canción: Vaina Loca-Ozuna x Manuel Turizo 

-Hay brazos que dan protección, pero los tuyos me proporcionan un calor muy especial-Lucía Quintero. 

Me desperté con el corazón acelerado, mis palpitaciones estaban fuera de lo normal, sentía que algo podría salir mal, revisé la hora, marcaban las 10:04 am, ahora que estaba embarazada y con las vacaciones de verano, me levantaba tarde. Decidí marcarle a Matteo, necesitaba escuchar su voz, la voz de mi novio, ahora prometido.

-¡Buenos días, amor! ¿Cómo amaneces? –Para: Amor de mi vida. 10:07 am. Mandé un mensaje, al ver que no contestaba las llamadas que le dejaba.

Al ver que pasaban los minutos, me sentí nerviosa, más rara de lo normal, porque él solía responderme rápidamente. Sin sentirlo, se fue pasando la mañana, mis mensajes salían enviados y recibidos, pero no leídos. Me alarme y decidí, volver a llamarlo, no respondía, me caía su buzón, llamé a su padre, quien tampoco me contestó, llamé a la niñera que quedó con ellos, después del nacimiento de la bebé.

-¡Hola, Lucía! ¿Cómo estás?-Respondió ella.

-Hola, Sofía. Bien, bueno preocupada ¿Has sabido de la familia Oliveros Collins?-Expresé con nerviosismo.

-Oh. ¿No supiste?-Dijo. De inmediato, dije un No.

-El hijo de ellos, está en la clínica recluido, después de la muerte de la señora, se deprimió muchísimo, le dio un paro en la casa el viernes, desde entonces estoy con la beba Annie. –Dijo.

-Oh, ¿Sabes cuál es el hospital?-Dije nerviosa.

-Sí, es el que está a 100 kilómetros, es uno pequeño-Dijo. Esas eran todas las pistas que necesitaba.

-¡Muchas gracias! Iré a verlo-Exclame y colgué.

Me vestí apresurada, con un pantalón premamá, una camiseta de tirantes, Tomé un abrigo de chándal, mis zapatillas rosadas y mi bolso, me encontraba en mi casa, es decir en mi apartamento, esta vez no tenía auto, así que tuve que tomar un taxi. Le ordené llevarme a la dirección que me indico Sofí. En minutos, estuve allí, me cargué de valor al entrar, porque sentía miedo, nostalgia de pensar solo al señor Oliveros, al entrar pregunté por: Matteo Oliveros; me indicaron que estaba en la habitación N-149, en las sillas de espera estaba el padre de mi novio, me miró de reojo.

-Hola, Lucía. Me alegra verte aquí-Dijo con tristeza, acariciando a su niet@ en mi barriga, el señor Oliveros.

-Oh, me intenté comunicar con usted desde temprano-Dije, ¿Cómo esta, Matteo? –Dije en voz baja.

-Cielo, si te mintiera no valdría la pena.-Dijo entre lloros.-Le dio un paro al corazón en casa, desde pequeño sufrió de un soplo en el corazón, le advirtieron que debía cuidarse, lo hizo, lo ayudamos, estuvo bien. No se sabe, que le paso, fue inesperado-Dijo el señor Oliveros.

Amor Efímero-2-Where stories live. Discover now