Creo que no había peor lugar para enfadarse que una convención.
Prestaba toda la atención que podía a mis fans mientras les firmaba los autógrafos o me hacía fotos con ellos.
Pero la discusión con Sebastian estaba en el fondo de mi mente sin dejar de reproducirse.
"¿¡Puedes dejar de actuar así!?
¿¡Así cómo!?
¡Tan irracional, Elizabeth es amigo de los dos!
¿¡Y por qué estabais en el coche solos a las 3 de la mañana!?
Dios, eres irracional"
- ¿Hola?
Miré a mi fan que me miraba algo desilusionada.
- Lo siento muchísimo, tengo jet lag. ¿Qué me decías?
Miré a mi publicista con rostro suplicante en menos de un segundo y él me entendió.
- ¡Chicos es el último autógrafo hasta después de la pausa para comer!
Sonreí disculpándome una vez terminé de firmarle a ella y me levanté de la silla.
- Volveré pronto, os quiero -dije lanzando besos al aire.
- ¿Pasamos a por Sebastian?
- ¿Qué?
- Pedisteis el descanso para comer juntos.
- Si, claro.
Fuimos hasta su estante, donde estaba firmando autógrafos y me colé. Se giró justo cuando los fans comenzaron a gritar.
- Hola -dije con una gran sonrisa a todos mientras me acercaba a mi novio. -¿has terminado?
- Les he prometido cinco más.
- Se que es mucho pedir, ¿pero te importaría firmarlo? -dijo la chica al borde de un ataque de nervios.
- Claro que no cielo, encantada.
Me agaché para firmar al lado de la firma de Seb, haciendo que él me besara en la mejilla y se escucharan gritos de emoción.
No podía apartarme sin que eso causara algo de que hablar, por lo que sonreí.
- ¿Os puedo hacer una foto?
- Claro -intervino Seb.
Me sentó amablemente en su regazo y apoyo su cabeza en mi hombro, haciéndome cosquillas en el mismo momento que tomaban la foto.
- ¡PERFECTA!
Ambos sonreímos y él comenzó a firmar otro.
- Me voy a comer, te espero arriba. ¿O le digo a Olsen que te espere ella?
Me giré pero pude ver claramente su reacción molesta a la vez que triste mientras me iba, para luego centrar la atención en su fan.
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- ¿Has sido muy dura con él?
Suspiré mientras entraba al comedor con mi manager.
- No lo se, pero que se niegue a darme respuestas es lo que me mantiene en duda.
- Iré a pedir tu comida, tu respira y cálmate. Te necesito al 100% con tus fans.
Asentí y me dejé caer en el comedor que teníamos reservado en el evento para los famosos.
Elizabeth se dejó caer a mi lado con un gruñido de cansancio.
- ¿Cómo llevas el día?
No quería responderle.
- Estoy agotada, ¿y tú?
- Igual. Por lo menos te habrá compensado la noticia de Seb, eh -dijo con una sonrisa picara mientras me daba un leve codazo.
Sólo murmuré un "mmm" porque no sabía a lo que se referia.
- He visto a gente mas emocionada tras una proposición.
-¿¡Qué!?
Ella me miró y de pronto su rostro se puso serio.
- No te lo ha pedido, ¿cierto?
- ¡Dios mio, no! Llevo machacándole todo el fin de semana porque os vi juntos el Viernes de madrugada.
- ¿Qué? ¡Por Dios! Le pedí los papeles que me dejé en tu casa cuando nos reunimos tú y yo, me urgían porque tengo que rodar el Lunes y sólo tenía la noche del Viernes para eso. Prácticamente le saqué de la cama, te llamé a ti para pedírtelos, pero respondió él y me dijo que no quería despertarte.
Me sentí completamente estupida.
- Pero eso no explica porqué estabais delante de mi casa a las tres de la mañana en su coche.
Ella suspiró.
- Seb me va a matar... Le dije que me pasaría por tu casa en unos minutos y él me abrió porque era de madrugada. Estaba nervioso y me pidió hablar en algún lugar donde no pudieras escucharle, así que le dije que podía ser en su coche. -se llevó las manos a la frente- me pedía consejo sobre como pedirte matrimonio.
- Oh Dios mío...
- Si...
- Lo siento Liz, no debí haber pensado mal de ti.
- A la próxima recuerda que tengo novio que adoro y que el tuyo te ama. -dijo con una pequeña risa.
La puerta del comedor se abrió y entró un cabizbajo Seb.
- Ves con él.
Me levanté y corrí a abrazarle.
- Lo siento muchísimo, Liz me lo ha explicado todo.
Él me miraba sorprendido pero me envolvió en sus brazos, como si fuera algo automático.
Comencé a llenarle la cara de besos.
- Siento cagarla siempre, te quiero, te quiero, te quiero muchísimo.
Él sólo sonrió completamente feliz y me besó. Inmediatamente escuchamos el silbido de Mackie y me giré a burlarme de él.
Pero mas silbidos se escucharon y volví a girarme para mirar a Seb, que se encontraba con una rodilla en el suelo.
- ¿Entonces... me harás el hombre más feliz del mundo y te casarás conmigo?
