Estábamos en casa de la hermana de Chris celebrando la navidad. Su madre me hablaba pero yo estaba demasiado ocupada acariciandome mi abultado abdomen y observando como Chris jugaba con sus sobrinos.
- Dentro de poco tendréis el vuestro -dijo su madre mirando a Chris y luego a mi.
- Perdona -murmuré- me quedé embobada.
Ella soltó una dulce risa.
- No te preocupes, cariño. En los dos últimos meses del embarazo de Chris yo estaba igual y si vuestro bebé a salido a Chris, va a atontarte mucho.
Reí.
- No se como tomarme eso.
Ella me acarició el brazo.
- No sabes lo agradecida que estoy de que aparecieras en su vida y en la nuestra. Chris estaba deseando ser papá y gracias a ti, lo será.
Se me aguaron los ojos.
- Malditas hormonas -murmuré apartándomelas.
En ese momento, el sobrino de Chris hizo que se sentara y comenzó a enrollarle en cuerda.
- Cariño, ¿me echas una mano? -me protestó Chris.
Me acerqué con su madre y ambas reprimimos una sonrisa ante la escena.
- ¿De verdad? -le dijo a su sobrino y luego me miró.
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- No pienso ayudarte -replique divertida- estoy de su parte.
- Prometiste protegerme en tus votos de boda. -protestó divertido.
- Eso no incluía a la familia.
Nuestro sobrino terminó de enrollarle y luego se fue riéndose malévolamente mientras gritaba que había vencido al capitán America.
- Que decepción para los vengadores -dije acercándome a él mientras el resto de la familia lo abandonaba en el salón.
- Era un competidor muy fuerte.
Le desaté y aún sentado puso sus dos manos en mi tripa y la besó.
- Y este de aquí dentro también lo será.
Nuestro hijo como respuesta le dio una patada a su mano.
- ¿Ves? -replicó feliz.
- Si, he sentido el dolor.
Él se alzó y rodeando mi cara, me besó.
- Te quiero.
Él bebé dio otra patada.
- Yo no te quiero cuando haces que me pegue.
Me di la vuelta evitando su otro beso y escuché como él protestaba.
Mi suegro apareció y me pasó un brazo por los hombros.
- Se lo tenía merecido -replicó mientras caminábamos hacía el comedor.
