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Moví despacio mis manos bajo la mesa para poder seguir escribiendo.
¿No crees que hace demasiado calor?
Escuché como vibraba el teléfono de Seb y como lo sacaba con un fruncido. Me miró antes de responder.
No, ¿Por qué? ¿Quieres que le diga a Evans que bajé la calefacción?
Sonreí ante su inocencia.
Hablo de otro tipo de calor.
¿Qué?
Creo que me sobra este jersey.
Dejé del móvil en mis piernas y me aparté levemente para quitarme el jersey, dejándome en tirantes.
- ¿Quieres que baje la temperatura? -intervino Evans.
- No, no. Estoy bien. ¿De qué hablabais?
Ellos volvieron a hablar y yo miré mi teléfono tras la vibración.
Se lo que estás haciendo.
¿Ah si..?
Si, para.
Me aparté cuidadosamente el pelo del cuello, acariciandolo en el proceso. Sabía que los ojos de Seb estaban en mi.
A continuación, llevé el tenedor a mi boca y lo retiré muy despacio. Al alzar la mirada, me encontré a mi novio mirándome muy atento.
Volví a escribir.
¿Estás seguro?
Yo también se jugar.
Alcé la mirada y vi como dejaba el móvil en la mesa. A continuación, tiró el tenedor al suelo y se agachó levemente, consiguiendo pasar su mano por mi pierna.
Mi respiración comenzó a acelerarse en cuanto él se lamió el labio mientras mantenía su mirada fija en mi. Las sillas estaban absurdamente cerca, su mano llegaba perfectamente a mi cuerpo.
Volvió a ponerse recto.
Yo también.
Me quité el tacón con ayuda del otro pie y lo fui subiendo por su pierna, justo hasta sus padres. Escuché como jadeaba y lo intentaba cubrir con la bebida.
Estamos con amigos.
Tu miembro y yo pensamos diferente.
Volví a acariciarle con el pie y él cerró los ojos y se mordió la mano.
Bajé mi pierna despacio pero él paró mi pie y lo volvió a subir.
¿Te he convencido?
No me contestó, por lo que le miré.
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Noté el poder de aquella mirada en mi entrepierna.
Vi como la bajaba hasta su móvil.
Apuesto a que estás lista para mi.
Alargó su mano bajó la mesa, rozando mi entre muslo y comencé a jadear. Apreté los labios.
Sonrió vengativo y volvió a escribir.
¿Estás excitada? Puedo decirlo por tu respiración y como te muerdes los labios.
- Disculpar -dije levantándome y dejando a Seb descolocado.
Caminé por los pasillos hasta el baño y saqué el teléfono.
