Redención [Dramione]

Capítulo VIII: Black

«¿Te has enamorado alguna vez? ¿No es horrible? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y deshacerte».

[Neil Gaiman]

Hermione estaba completamente congelada, no sólo había sido pillada espiando sino que había sido el propio Malfoy quien la había encontrado escuchando a hurtadas su explosión contra Blaise y Pansy.

—¿Te entretiene escuchar a hurtadillas, Granger? —preguntó él arrastrando las palabras.

—Yo —comenzó ella para tratar de justificarse—. No era mi intención, Malfoy.

—Claro que no —replicó él con ironía y Hermione frunció el ceño.

Sin darle tiempo a decir nada al respecto, el chico comenzó a caminar, alejándose de la castaña. Hermione por un impulso comenzó a caminar detrás de él, metiéndose en el ascensor justo en el momento en el que las puertas se iban a cerrar completamente.

—Malfoy —pronunció ella, sin saber realmente que iba a decir—. Te juro que no era mi intención escuchar.

—Pero lo hiciste. —Arrastró cada letra con lentitud; Hermione sentía que volvía a estar en uno de los pasillos de Hogwarts discutiendo con Malfoy. La castaña tragó saliva.

—Sí, lo hice —concedió—, y no me arrepiento.

Draco arqueó una de sus cejas e hizo una mueca incrédula. ¿Con qué derecho esa mujer se ponía a escuchar su conversación y luego le soltaba esa mierda de no arrepentirse? ¿Por qué lo había perseguido? Con el cabreo que tenía encima lo último que quería hacer era mantener esa conversación.

—¿Por qué? —preguntó después de unos segundos escudriñando el rostro femenino—. ¿Qué te hizo quedarte a escuchar?

Hermione se quedó en blanco unos segundos, buscando la manera de contestar esa pregunta sin revelar la verdadera razón por la que se había quedado oyendo lo que ellos tres habían estado comentando hasta hacia unos minutos.

—Quizá estaba buscando respuestas —soltó, decidiendo que debía enfrentarse a Malfoy ahora que podía y recordando las palabras dichas por Ginny.

Draco soltó una risa irónica aunque su cuerpo se había tensado ante las palabras de la chica.

—¿Respuestas? —repitió él—. ¿Qué clase de respuestas estaría buscando Hermione Granger en una conversación conmigo?

La castaña apretó los labios, Malfoy no parecía dispuesto a cooperar y ella tampoco estaba segura de querer escuchar lo que él podría decir. Ni siquiera sabía qué era lo que quería preguntar realmente, las cuestiones a las que quería dar respuesta.

—Quizá una explicación al porqué me besaste el día de tu juicio, antes de que te llevasen.

—Porque quise —respondió él con rapidez, su mente trabajando frenéticamente para armar una buena manera de evadir el tema al que la chica trataba de llegar.

—No me lo creo —replicó Granger—. Tú no harías algo así sin una razón oculta y quiero saberlo.

—¿Qué te importa? Fue un simple beso, no hagas un drama —contestó cortante, observando cómo estaban a punto de llegar a la planta de la red Flu.

—Quiero saberlo, quiero entenderlo —declaró ella—. Quiero respuestas.

—La gente quiere muchas cosas, Granger, pero no se puede tener todo en este mundo —respondió evasivo, tratando de pasar al lado de la chica para salir del ascensor cuando las puertas se abrieron.