Capítulo IX: Desperate

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«En las noches de Diciembre, cuando el termómetro está a cero, es cuándo más pensamos en ver el sol».

[Víctor Hugo]

—Hola, Draco. —El rubio clavó sus ojos grises en la mujer que había frente a él—. Me dijo Pansy que el otro día explotaste y te sinceraste en algunas cosas con ellos.

Draco se limitó a asentir, sus labios apretados fuertemente y sus manos entrelazadas sobre su regazo. Heather se acomodó en la silla y pasó un par de páginas de la libreta en la que se dedicaba apuntar cosas desde que había empezado a ir a las sesiones, incluso aunque no hablase nada.

—Quiero que me cuentes sobre los días o semanas previas a tu juicio.

El antiguo Slytherin frunció el ceño, un poco extrañado, pero asintió y trató de buscar una manera de empezar. Le había prometido a Pansy y a sí mismo que trataría de abrirse y contarle todo a Heather, aunque esto era bastante complicado.

—Me llegó una notificación del Ministerio dónde estaban apuntadas la fecha y la hora del juicio —comenzó—. Mi madre me dijo que aunque algunos miembros del grupo de Potter hablarían a mi favor el juez que me había tocado era bastante... ¿cerrado? No sé, simplemente era demasiado difícil convencerlo de darle libertad a los mortífagos. —Tomó aire antes de seguir—. Contacté con Blaise y Pansy para que viniesen a testificar a mi favor, ella respondió al mensaje y me dijo que trataría de asistir. De Blaise jamás recibí ningún tipo de respuesta. Theo también estaba hospitalizado así que me quedé sin opciones.

—¿Cómo te sentó que ninguno de ellos se presentase a tu juicio? —preguntó la psicóloga, su mano escribiendo con rapidez algo en el cuaderno.

—Creo, creo que me lo esperaba, quizá no de Pansy o Blaise pero sí de los demás. Sabía que con Nott no podía contar así que realmente lo suyo no me afectó. —Draco hizo una pausa, sopesando sus siguientes palabras—. Más que sentirme traicionado o algo por el estilo, me sentí decepcionado. Yo testifiqué a favor de ellos en sus juicios y ellos no fueron capaz de hacerlo en el mío.

—¿Sientes algún tipo de rencor hacía ellos por esto? —cuestionó la mujer, sus ojos examinando los gestos y muecas de Draco.

—Sí —respondió—. Sí, guardó rencor hacía ellos pero no por que no fuesen a mi juicio, eso sinceramente dejó de importarme hace mucho.

La psicóloga asintió—. Entonces, ¿cuál es la razón de tu enfado hacia ellos?

Draco apretó los labios y negó con la cabeza, cientos de pensamiento bombardeándole y provocando que apretase sus puños. La ira y el resentimiento contra Pansy y Blaise creciendo cada vez más.

Al ver los gestos de Draco y como todo quedaba en silencio, la mujer aceptó que la sesión había acabado ahí. Ese día no conseguiría sacar nada más a Draco, aunque lo poco que le había contado le parecía un gran avance en comparación con las anteriores sesiones, donde simplemente se mantenía callado hasta que las dos horas o la hora y media pasarán y se pudiese largar.

Acomodándose en su silla Heather dio un rápido vistazo al reloj y, al igual que Draco, esperó a que la sesión terminase. Un espeso silencio entre ellos que solo era interrumpido ocasionalmente por el ruido de las sillas cuando alguno se movía o la pluma de la psicóloga raspando el papel cuando ésta escribía.

...

—¿Qué tal ha ido? —le preguntó Pansy a Heather cuando fue a buscar a Draco.

—Bueno, me ha contado un par de cosas —dijo ella—. En comparación con la última vez ha avanzado muchísimo.

—Me alegra oír eso.

Redención [Dramione]Where stories live. Discover now