Capítulo XV: Don't leave me

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«Un corazón roto es como tener las costillas rotas; nadie puede verlo, pero duele cada vez que se respira».

[Anónimo]

Draco entró con paso tranquilo a la cafetería aunque la tensión en su cuerpo contrarrestaba con su forma de caminar. Le regaló una mueca, que fingía ser una sonrisa, a Hermione y tomó asiento frente a ella. Granger pretendió que no había una incómoda atmósfera entre ellos y comenzó a hablar.

—Bueno, ya he concertado cita con diferentes médicos especialistas en el Londres Muggle, la primera consulta la tienes dentro de dos días y tanto Pansy como yo iremos. —Él asintió de manera distraída, no pronunciando palabra alguna—. ¿Tienes alguna duda?

Draco levantó la mirada de la mesa y la clavó en los orbes marrones de la mujer. Su corazón se aceleró ligeramente ante la hermosa imagen frente a él y se reprendió mentalmente al darse cuenta que, incluso después de tanto tiempo, seguía sintiéndose como el niñato de diecisiete años que se enamoró de su antítesis en Hogwarts.

—Ninguna —murmuró.

Hermione suspiró, ya acostumbrada al hombre de pocas palabras frente a ella. Según Pansy, Heather le había dicho que Draco no tenía problemas en hablar del pasado, pero que cuando se trataba de interactuar con los demás era como una roca; acostumbrado a hablar con una sombra sin rostro.

—Mañana dudo que nos veamos porque he de atender otros casos —explicó ella, observando el menú de comidas—, pero me encargaré de enviarle a Pansy la dirección del centro hospitalario y las indicaciones de cómo llegar.

—Vale.

—Malfoy —lo llamó, a lo que él contestó con un extraño sonido—, estoy tratando de ayudarte.

—Soy consciente de ello —interrumpió el rubio antes de que pudiese continuar—. Bastante consciente.

—Entonces, ¿podrías, por favor, ser más cooperativo? —pidió—. Sé que te resulta difícil trabajar conmigo, estoy completamente segura de ello, pero creo que sería mejor para los dos que me dijeses tus dudas, tus preguntas, tu opinión respecto a todo —explicó—. Soy tu abogada hasta la vuelta de Blaise, no tu carcelera.

—Entiendo.

La castaña evitó rodar los ojos y apretó los puños. Sería una silenciosa comida.

*******

Al día siguiente Draco sabía lo que se aproximaba, había visto la mirada molesta de Pansy después de que llegase de su última sesión con Heather esa tarde, y sentía el perfume de Hermione en la sala. Como si hubiese estado allí minutos atrás; algo que, seguramente, ocurrió.

Tomó asiento frente a la chica en la barra de la cocina y comenzó a cenar las pasta que la pelinegra había preparado, esperando el momento en el que la mujer sacase el tema.

—Así que, Hermione me ha dicho que no eres el ser más cooperativo del universo —comentó Pansy con un filo venenoso—. ¿Por qué no colaboras, Draco? Todo esto es por tu bien, con Blaise no tenías estos problemas.

—Coopero, Pansy. No me he negado a ninguno de los trámites o cosas que ella ha dicho y hecho —terció él—. Simplemente me mantengo más... reservado.

—¿Reservado? El Draco Malfoy que yo conozco es directo y conciso, no reservado —replicó—. Es una persona sociable dentro de sus límites, pero que nunca retira la palabra a nadie porque no lo educaron para hacerlo.

Malfoy apretó los labios y no respondió al comentario de la chica. Heather le había recomendado ser sincero con su amiga para que ella pudiese comprenderlo mejor y que las brechas que había entre ellos se cerrasen, pero era tan difícil hacerlo.

Redención [Dramione]Onde histórias criam vida. Descubra agora