Tiempo

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Él no la amaba, aún. Pero si la deseaba con cada parte de su ser. Verla de rodillas frente a él, tocando su pecho desnudo realmente le hacia querer devorarla. Odió por unos segundos su lazo de compañeros. Ese deseo animal, casi incontrolable de querer poseerla en ese momento.

– ¿Qué sucede? – Preguntó ella. Malvada, claro que lo sabia. Cal no dijo nada, sintió que si lo hacia, dejaría su autocontrol y se abalanzaría sobre ella. Tessrin mordió su dedo índice sin decir nada y sangre brotó de el. Cal abrió los ojos como platos al sentir como, con solo ese movimiento, su miembro comenzaba a despertar. Dioses santos. Tessrin se acercó más a él.

– ¿Qué ha...haces? – Tartamudeó.

Tessrin le sonrío y deliberadamente pegó su cuerpo al suyo mientras ponía su dedo ensangrentado en la runa que aún le quedaba. Cal aguantó la respiración mientras sentía los pechos de la rubia sobre él. Dioses.

– Quito la runa. Mi sangre es la única cosa que puede hacerlo. – dijo concentrada y comenzó a hacer círculos perezosos en la runa. Luego lo miró, con esos ojos verdes con reborde dorado, tan intensamente que Cal no pudo aguantar. Esta vez perdió el control y se abalanzó sobre ella, apresándola debajo de él. Haciendo una especie de guardia con sus alas. Y protegiendo toda esa estancia con su magia, para que nadie pudiese oír lo que harían.

– ¿Tu lo sientes? – preguntó con la voz ronca por el deseo, mientras sentía su respiración entre cortada y su aliento caliente sobre su rostro. Ella se arqueó deliberadamente. Pegando su cuerpo contra el suyo, sintiendo su dureza.

– Oh si claro que lo siento Cal. – quiso bromear. Jamás la había escuchado bromear. Era glorioso.

Cal gruñó ligeramente.

– Ya sabes a lo que me refiero. – Replicó. Ella sonrío y asintió con la mejillas sonrojadas.

– Siento que quiero comerte a besos. Siento que quiero eso... – habló mientras miraba hacia abajo. Esa frase hizo que Cal se pusiera aún más duro. Tessrin se tensó debajo de él, apretando sus muslos. – Pero – aclaró y con una fuerza descomunal lo volteó para ponerse sobre él, anclando a Cal con sus rodillas. Dejando adrede su alas fuera del contacto.– Cuando nuestros cuerpos sean uno. – dijo mientras una cascada de melena rubia cubría parte del rostro de Cal. – Quiero que sea porque ambos lo queramos, no porque un instinto animal quiera que nos apareemos. – habló con tranquilidad pero firmeza, haciendo caer todo el libido de Cal al suelo. El muchacho frunció el seño con notable molestia. Tessrin, acarició su rostro con cariño, dejándolo confundido y se hizo a un lado.

– Ahora podemos irnos. – Habló con tranquilidad mientras se incorporaba.

El vestido que tenia puesto era una horrible túnica de color azul pastel. Ella la miró con desdén y con un movimiento de manos, hizo que el traje se volviera en una camisa blanca, ajustada por un cinturón de cuero grueso y unos pantalones verdes de caza.

Cal se estiró y atrapó su mano antes de que ella caminara hacia la puerta.

– ¿Por que no nos quedamos un minuto más? – preguntó perezosamente y la regresó a la cama. Tessrin no ofreció resistencia y se hechó a su costado.

Tessrin no podía sentir felicidad plena, porque aun no tenia a su hermana con ella, pero en ese momento, solo en ese momento se permitió ser feliz. Porque Cal los había sacado de allí. Por que él había rotó la maldición. Y no importaba en ese momento si él no estaba enamorado de ella, no importaba eso porque eran compañeros y tendrían toda una vida para descubrir sus sentimientos.

Levantó la cabeza, deseando ver las estrellas de la Corte Noche y no ese horrible techo de piedra. Si, efectivamente ella quería salir de esa cripta.

– Presiento que han pasado muchas cosas, aún no quiero verlas. – habló con franqueza. Tessrin suspiró.

Diablos, había olvidado por un momento que allí afuera podían haber pasado meses o hasta años y que podría estar ocurriendo una guerra o tal vez aún continuaba la paz fría. Cualquiera de todas esas posibilidades la asustaban.

La felicidad momentánea desapareció. Esos pensamientos abrieron el camino a una creciente oscuridad en su alma. Sus soldados habían muerto, su amiga Azire había sido torturada y asesinada, Cal había sido puesto en peligro y su hermana había sido exiliada. Todo por culpa de Ianthe, Ezra y Tamlin. La rabia comenzó a apoderarse de ella. Los mataría a los tres.

– Prométeme algo. – habló sin ni si quiera mirarlo, tan solo miro el cielo raso de la habitación e imagino a Azire y a sus soldados. Haría justicia, para que sus almas pudieran estar en paz.

– Lo que sea. – dijo él con una extraña frialdad en la voz, sintiendo atreves del vinculo de pareja los oscuros sentimientos que tenia su compañera.

Ella tomó aire nuevamente porque sabia que seria difícil decirlo. Porque no quería que la luz de Cal se opacará por ella y su venganza, pero su alma lo deseaba con todas sus fuerzas.

– Prométeme que nos vengaremos. – dijo, esperando que Cal replicará, pero él no lo hizo. Solo entrelazó sus manos con intensidad.

– Te lo prometo.

En ese momento se abrieron las puertas, rompiendo esa burbuja de intimidad que se había formado entre los dos. Ambos se levantaron rápidamente y Cal no pudo evitar gruñir como un animal al ver a una mujer y a un hombre entrar a la estancia. Era una chica pelirroja alta y esbelta, con nariz de botón y a su costado había un hombre, de cabellera oscura y revuelta, ojos verdosos y barba mullida. Ambos tendrían entre 30 y cuarenta años.

Tessrin se quedó fría. Reconocía esos rostros. Los había visto hace mucho, cuando Cal intentó dar su vida por dos semi fae, dos niños semi fae, no dos adultos. Miró a Cal, aún agarrando su mano con fuerza para que no se abalanzará sobre ellos para protegerla.

– Son tus amigos. – le dijo y mientras se iba apaciguando, la sorpresa iba a apareciendo en su rostro.

Melrin y Lira.

Eran adultos. Se le fue el aire. Ellos no tenían el don de la inmortalidad. Ellos habían envejecido, mientras él se quedaba como un joven de 19 años. Ellos eran adultos.

Uno de los peores temores de Cal se materializo en ese momento.

– ¿Cuánto tiempo? – preguntó

– Veinte años. – centenció Melrin. 

_____

¡Final de la primera parte! 

La segunda parte es la continuación y se titula: Una Corte de Venganza y Ruinas. Será publicada como nueva historia, así que estén atentas. 

Espero que esta mini historia les haya gustado 🙌.  La segunda parte está siendo preparada 😬 y esperó que les agradé más. 

Saludos y gracias por acompañarme en este viaje. 

Luciana Blanco. 

PDT: El primer capítulo de la nueva historia estará saliendo el lunes. 


Una Corte de Venganza y Amor - Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora