7- Lobos

310K 22.3K 2.8K
                                    

*Narra Arturo*

Como de costumbre, no recuerdo qué hice en la noche de luna llena. Tener lagunas mentales nunca dejará de molestarme.

Voy adonde dejé la ropa antes de transformarme en lobo y me visto. La pradera está desierta, deben de haber salido todos ya. Cruzo la puerta mágica. Una chica pelirroja... Evelyn, se acerca a mí. Tiene la cara y los brazos con pequeños cortes.

—¿Podrías indicarme el camino de vuelta a la casa de mi abuela, por favor?

—¿Qué haces aquí? —pregunto sorprendido. No ha mencionado nada sobre mi aparición tras una cortina de plantas.

—Veo que no recuerdas. Tuvimos un encuentro en el mundo de los lobos, perdona por haberte seguido...

—¿Cómo? —me paso las manos por la cara. He vuelto a interactuar con esta desconocida estando inconsciente, a este paso me conocerá antes—. Entonces sabes que soy un hombre lobo.

—Guardaré el secreto, descuida —asegura—. Soy maga, así que tenemos las mismas reglas.

La miro fijamente. Me está tomando el pelo.

—Demuéstralo, haz magia.

—Oh, no puedo hacer eso aún. No se me han presentado los poderes.

—Entonces... ¿eres una humana normal y corriente? —levanto una ceja. Eso es más difícil de creer aún, ya que no solo ha salido viva del mundo de los lobos, sino que también ha logrado dañarme.

—Según mi abuela, pronto se me presentarán los poderes. Ella también es maga. Ah, eso te explica muchas cosas, ¿verdad? —sonríe. Es demasiado observadora, tendré que prestar más atención a mis expresiones faciales—. Cuando se me presenten los poderes, te los enseñaré. Vamos, no te cuesta nada ayudarme... Además, te salvamos la vida mi abuela y yo, me debes una.

—¿Me estás chantajeando? Te recuerdo que fuiste tú quien me atravesó con una flecha.

Sus labios se fruncen, reprimiendo una risa que sus comisuras delatan.

—Sí, bueno... ¡No te hagas la víctima! —me señala—. Ni que fuera tan fácil para ti morir. Eres casi un humano omnipotente.

—¿Qué no me haga la víctima? ¡Soy la víctima! Me has atravesado con una flecha, cualquiera habría muerto ahí mismo.

Discutimos durante el trayecto hasta la casa de La Sanadora.

—Quédate a comer, Arturo —dice La Sanadora—. Haré sopa de espinacas para tres.

—No se preocupe, ya me iba.

—Tu vida ha corrido peligro por Evelyn y, aún así, la has guiado hasta casa —dice ella con una amable sonrisa—. Lo menos que puedo hacer es cuidar de ti hasta que te recuperes completamente.

—Ah, no ha sido nada —me llevo una mano al cuello.

—¿Te esperan en casa? Si es así, entiendo que no debes preocuparlos.

La miro a los ojos.

—No.

La sopa de espinacas sabe a patatas. Sin embargo, no lo cuestiono. Duermo unas pocas horas más en el mismo cuarto de la vez anterior y despierto mejor, el dolor desapareció de mi pecho mientras dormía. Se trata de un hechizo de sueño curativo, había dicho La Sanadora.

—¿Buscas a Evelyn? Está en la parte trasera de la casa.

Le doy las gracias y salgo fuera, esta vez por la puerta. La casa de La Sanadora está justo al lado del bosque. Veo a Evelyn dando de comer a una ardilla.

—¿Te encuentras mejor? —saluda Evelyn sin darse la vuelta.

—Como nuevo —camino hacia ella.

Se gira y me sonríe. Huelo a mis amigos cerca, han venido a buscarme.

—¿Pasa algo? —pregunta ella mirándome a los ojos.

Como respuesta, Connor, Diego y Kaiser aparecen. Deben de haber seguido mi rastro.

—¡Si estás aquí! —exclama Diego.

—Hola —dice Connor estrechando la mano de Evelyn—. Me llamo Connor.

—Te buscábamos para hacer una carrera —se acerca Kaiser con una sonrisa sospechosa—, pero veo que estás ocupado...

—Oh, ¿puedo unirme? —pregunta Evelyn, sorprendiéndonos—. No soy tan rápida como los hombres lobo, pero puedes llevarme, Arturo. En tu forma lobuna eres tan grande como un caballo.

Me tiembla una ceja, mientras que mis amigos se echan a reír como locos.

—¿De dónde ha salido esta chica? —Connor se seca una lágrima—. ¿Te atreves a hablarle a Arturo de esa manera?

—Me debe la vida.

—¡Tú...! —comienzo a decir, pero me calmo. La llevaré a mis espaldas si con eso deja de mencionar el tema. Decir que me salvó la vida es menos vergonzoso que decir que estuve a punto de morir en sus manos—. Está bien.

Connor le da un codazo a Diego. Intercambian expresiones extrañas. Les advierto una paliza con la mirada.

—¡Genial! —sonríe Evelyn.

—Espera —interrumpe Kaiser—. Si no eres uno de nosotros, entonces...

—Es maga —aclaro—. Evelyn, ellos son Connor, Diego y Kaiser. Chicos, Evelyn.

—El último es un chihuahua —dice Connor, saltando de cabeza a un arbusto. Sale rodando en su forma lobuna con la ropa entre los dientes.

—Nunca he visto cambiarte tan rápido —comenta Kaiser.

Evelyn se da la vuelta. Imito a los chicos y me transformo en un lobo.

—¿Es el precio que debo pagar por el viaje? —pregunta Evelyn cuando dejo bajo sus pies mi ropa—. Perchero por un día.



Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La chica del cabello de fuegoWhere stories live. Discover now