22- Esquinazo a la muerte

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*Narra Connor*

Hace un día que Evelyn no está entre nosotros y se nota su ausencia.

Alguien ha tenido la idea de celebrar un banquete. A varios no les parece bien festejar nada en un momento tan tenso, pero supongo que está bien brindar por la libertad de los prisioneros.

Busco a Lizz entre la multitud. Espero que no se haya metido en ningún lío. Desde que está con nosotros, básicamente me he convertido en su canguro. Camino tambaleante, apoyándome en desconocidos. No debí tomar alcohol, pero el abuelo Alan nos sorprendió a todos fermentándolo con magia.

Veo a Arturo y me acerco a él. Está hablando con una chica. Entrecierro los ojos, ¿estoy viendo bien? ¿Es Mery? Entonces no se suicidó cuando Arturo la dejó, la capturaron los vampiros.

—Connor —me saluda ella.

—¿Qué tal, Mery? —rodeo con un brazo los hombros de Arturo.

Parece que he acertado con el nombre. Tomo el vaso de Arturo y me bebo el contenido. Oigo a alguien llamándome, pero no reconozco la voz. Miro a mi derecha y me quedo sin respiración.

—¿Lizz? —dice Arturo.

Escupo el agua de vuelta al vaso de Arturo y se lo entrego. Intento caminar firme hacia ella.

—¿Eres Lizz? —pregunto.

—Así me llaman. El abuelo de Evelyn me ha anulado la maldición.

—Pues estás hecho un bombón.

—Si tuviera sangre, estaría ruborizada —comenta; entonces es inmune a mis piropos—. Me dijeron que estabas buscándome.

—Sí, lo hacía.

—¿De verdad? ¿Durante mucho tiempo?

—Durante toda mi vida.

Lizz pone los ojos en blanco.

Localizo a unos hombres mirándola. Sí, definitivamente llama la atención. Sin embargo, la atención que tiene ahora mismo no es positiva. Se acercan a ella.

—La princesa de las sanguijuelas —comenta uno de ellos—. Reconozco tu cara, te pareces a tu hermana mayor.

—Vuestro rey ha sido un grano en mi culo durante tres años —le dice otro, escupiendo en la cara de Lizz.

Lizz le regala una super-patada-vampírica en la entrepierna antes de que pueda reaccionar y doy mentalmente un brinco. El hombre cae al suelo, agarrándose la zona dolorida.

—Si no quieres volver a tener ese grano en el culo, te recomiendo besarme los pies cada vez que me veas. No seré tan amable la próxima vez que me faltes el respeto.

—Ya la has escuchado —señalo al hombre, escupiéndole de vuelta.

Este me fulmina con la mirada y se abalanza sobre mí, tomándome del cuello.


*Narra Kaiser*

Connor se ha transformado en lobo.

La gente ha dejado de hacer lo que hacían para animar el espectáculo que está montado sobre la cubierta. El abuelo Alan pide a la gente volver dentro del barco, mientras que Arturo y yo intercambiamos miradas. Hay que detenerlo o Diego se quedará sin barco que devolver.

Diego deja el timón y corre hacia nosotros, angustiado. Intentamos separarlos. Conseguimos inmovilizar a Connor, pero no tranquilizarlo. Lizz se agacha junto a nosotros y le acaricia la cabeza. Para nuestra sorpresa, Connor deja de gruñir y baja las orejas. ¿Qué demonios?

La chica del cabello de fuegoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin